23.

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 —¿Qué carajos significa esto? —exclamó Minho.

Byung se levantó de su asiento y dio un manotazo sobre el escritorio. PLAM.

—A mí no me vas a gritar, ¿quién te crees?

—Estoy cansado de ser un títere. Entre tú y Cassandra han logrado fastidiarme la existencia. Pero no más. ¡NO VOY A CASARME CON ELLA JAMÁS!

—No comprendo tu posición, Minho. Le diste el anillo de compromiso y ahora te arrepientes. ¿A qué estás jugando?

—Ayer te dije que ella tomó ese anillo sin mi permiso. Lo que debí decir es que me lo robó. Yo lo había comprado para Taemin. Con quien me voy a casar es con él. Nunca mencioné que lo haría con ella.

—No puedes hacer eso, piensa en tu madre, en tu hermano. No te digo que en mí, porque sé que no te importo en absoluto.

—En eso tienes razón. Pero ya no estoy dispuesto a dar la cara por tus malos manejos en la constructora. Y si mi mamá firmó sin leer los documentos antes, yo no soy culpable. Taemin y yo nos casaremos y nos iremos lejos. Así que Cassandra y tú pueden ir buscando a alguien más para joder.

—Minho, piensa bien las cosas. Un paso en falso y todo por lo que hemos luchado se desvanecerá.

—No me interesa. No voy a jugar más este absurdo. Se acabó.

Minho se dio la vuelta para salir de la oficina y, en ese momento, vio a Cassandra Wong parada en la puerta. Tenía el rostro tenso; había escuchado parte del alegato de su prometido.

—¿Así que ahora te da por escuchar conversaciones ajenas? —dijo Minho, molesto.

—Te equivocas. La puerta estaba abierta y yo venía a buscarte. Tu secretaria me informó que estabas aquí. Llegué justo a tiempo para oír cómo me mandas al carajo. Mira, Minho, esto ya se volvió un maldito circo y, por lo que veo, los boletos se agotaron. Solo nos queda la última función, y esa está a punto de comenzar. Byung, prepara a tus abogados. Buenas tardes, señores.

Cassandra se retiró sin decir más. Byung corrió tras ella, incapaz de permitir que todo se fuera por la borda, especialmente ahora que tenían nuevos prospectos para ampliar la sociedad. Ella seguía siendo una pieza clave para la compañía.

—Por favor, Cassy, no te vayas. Vamos a sentarnos y podemos ponernos de acuerdo, ¿verdad, Minho? —Byung miró a su hijo, suplicante.

—Te equivocas, papá. Yo no tengo nada que hablar. Me largo.

Y eso fue todo. Minho se marchó, dejando a esos dos con sus complejos y frustraciones. No valía la pena seguir oyendo necedades que no llevaban a nada. Salió de la constructora y pidió a Kyu que lo llevara de vuelta a su departamento. Quería estar con su pequeño; ya había hecho lo que debía. Ahora podía hacer erupción un volcán y le daría lo mismo.

Mientras tanto, Taemin no podía creer lo que escuchaba en su celular. La hermana Yori le estaba avisando que había un abogado con ellas, llevando un citatorio firmado por un juez corrupto, exigiendo desalojar el inmueble del internado. Les daban una semana para irse.

—No sé qué hacer, hermana. Voy a hablarle a Min para que nos oriente. También hablaré con Kai a ver si su novio conoce algún lugar donde puedan mudarse. Por favor, ya no llore. Haremos todo lo posible para salir de este problema.

Cuando colgó la llamada, Minho estaba entrando al departamento, y de inmediato Taemin le contó lo sucedido.

—Pequeño, voy a necesitar que tengas mucha fuerza, porque esto apenas comienza. Cassandra es dueña de ese lugar y de todo lo que mi mamá poseía. En realidad, no podemos hacer nada. Se está vengando por el desprecio que le hice. Wong anunció a todos los empleados que nos casaríamos en unas semanas. Incluso había organizado una fiesta para todo el personal.

O TÚ O NADA. (2MIN)🔞🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora