📖CIENTO TRECE📖

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✨HOLA, HOLA✨
Espero que todos estén bien, solo pasaba con esta nota rápida para agradecer por los más de 10k de lecturas, de verdad les agradezco infinitamente por su apoyo y paciencia 💖. No les prometo especiales, pero posiblemente otra actualización durante lo que resta de la semana 👀. De nuevo, ¡Muchas gracias!
Atte: la escritora✨
P. D. : la imagen del cap, se que es un FanArt de Levi, pero me da más vibes de Kai, ¿qué opinan?

Salimos del callejón y comenzamos a transitar con nerviosismo las calles y callejones que necesitábamos cruzar; pero yo dudaba a cada paso, había ciertas cosas que no habían cambiado o se asemejan a las memorias de mi padre, aunque todo era más difícil porque no había ningún mapa que consultar, solo debía confiar en mi memoria y en la de Levi.

Tras sentir que daba vueltas en círculos, nos obligue a parar en lo que parecía ser un callejón, o bien la parte inferior de un puente, ya no estaba seguro de lo que veía.

-Kai, ¿es seguro detenernos? Desde hace rato siento que nos ven raro - susurro Niggel mirando por encima de su hombro.

-Nos deben estar siguiendo. - confirmo Kikyō sin alterarse. - Era obvio que nos notarían enseguida, pero Niggel tiene razón, debemos seguir...

-Esperen... - les pedí intentando recordar el camino que describía mi padre.

-No hay tiempo, o no vamos ahora, o nos damos por muertos - dramatizo Niggel.

Claro que ya estaba entrando en pánico. Y no solo el, Carla estaba más callada de lo usual y parecía un gato erizado listo para saltar al ataque. Yo no podía ni recordar si de verdad se describía el camino. La única tranquila era Kikyō, como siempre.

-Solo un segundo... - pedí. La presión comenzaba a carcomerme, como si algo o alguien se acercara desde las sombras. Pronto comenzaron a escucharse pasos acercándose. - Tsk...

Los pasos se escuchaban desde la derecha, por donde habíamos entrado, solo quedaba seguir por la izquierda.

-Tsk. - repetí y les hice señas para que me siguieran. Tenían razón, no había tiempo de pensar.

Salimos del callejón, que parecía más un túnel y aparecimos en una pequeña explanada rodeada de casas. La única entrada y salida era el túnel. Mire con desesperación a todos lados esperando poder escapar de la inminente amenaza que acechaba nuestras espaldas.

-¡¿Y ahora que?! - exclamó Niggel con mayor desesperación que yo.

No respondí y seguí moviendome y mirando por todos lados. Algo me resultaba familiar, pero no por haber estado yo allí, lo había leído. A la derecha.

-Por aquí, ya solo queda subir esas escaleras. Llegamos. - anuncie un tanto aliviado y corriendo a donde decía.

Subí intentando no tropezar con los imperfectos escalones. La puerta estaba frente a mi y la llave, debía estar en una baldosa suelta de la ventana de la izquierda de la puerta... Busque con torpeza hasta que encontré la llave. Abrí la puerta y abruptamente nos arrojamos dentro de la propiedad.

Estábamos a salvo. Lo habíamos logrado.

Cerramos la puerta cuando entramos todos. Niggel corrió un par de metros más. Carla se arrojó al suelo. Y kikyō y yo nos recargamos contra la puerta, como si temieramos que se cayera.

La sensación de peligro comenzaba a abandonar mi cuerpo, permitiendome procesar lo ocurrido. Luego de recuperar el aliento, me enderece y observe a mi alrededor.

-¿Esta es? - me pregunte a mi mismo.

-¿Esta es que? - intervino Kikyō.

-Es la casa donde creció mi padre... - explique recorriendo cada centímetro de la casa con la mirada.

A la izquierda estaba una pequeña sala de estar, que consistía en un par de sillones y una mesa de centro; de frente estaba la cocina y comedor ambos hechos de una madera que ya parecía estar muy deteriorada. Avance perdido en mi mente, llegando a la punta del comedor y observando que a mi derecha había un pequeño pasillo del que sobresalían 2 puertas, seguramente el baño y el dormitorio. Seguí a hasta esta última puerta, con temor tome la perilla y la abrí: como predije se trataba de una habitación con 2 literas y un pequeño mueble entre ambas. Me detuve estupefacto.

-¿De verdad aquí creció Levi? - preguntaron detrás de mi.

Asentí. Estaba inerte en el medio de la habitación, solo mirando como las camas aún estaban hechas y las cubría una inmensa capa de polvo. Todo debía estar tal cual lo dejaron mis padres cuando los obligaron a ir a la legión.

-Podemos tomar ropa de este mueble, debe de haber algo que nos sirva. - dije recuperando la compostura.

Me acerque al ropero y comencé a rebuscar. Efectivamente, había ropa de mis padres, de Farlan y de Isabel, debería ser suficiente para nosotros.

-¿Qué es eso? - pregunto Kikyō de nuevo.

Había estado observando por encima de mi hombro, mientras yo le pasaba las prendas. Me detuve y me concentre en lo que ella estaba señalando: se trataba de un trozo de papel arrugado.

-No lo sé. - respondí tomando el objeto.

Apenas lo tuve en mi poder, lo desdoble encontrándome con una revelación. Era un retrato. Un dibujo muy exacto de los que debían ser mis abuelos. ¿Cómo podría estar eso a plena vista? ¿Acaso mi padre sabía de esta foto?

-¿Quiénes son? Ese hombre se parece a tu padre, pero no creo que sea él, ¿o si?... - siguió diciendo la rubia.

Me apresure a doblar la hoja. No quería explicar nada, no ahora.

-No son nadie. - respondí guardando el dibujo en el mismo sitio que mi reloj.

Ya había recogido 2 tesoros en un solo día, lo que me hacía preguntarme que más podría conseguir si permanecía aquí, aunque fuera, unos días más.

Cerré el armario y ambos salimos para volver con nuestros amigos.

-Encontramos algo de ropa. - anuncie repartiendo las prendas. - Vamos a cambiarnos y luego pensamos que hacer.

Aceptaron. Organizamos turnos para usar el baño, hasta que estuvimos todos listos de vuelta en la pequeña sala de estar. En el proceso, terminé de observar la casa, seguía tal y como Levi la había descrito, salvo por la capa de polvo que cubría todos lados, quizá podría hacer algo al respecto durante mi estadía aquí.

Una vez listo con mi nueva ropa, también guarde mis tesoros en el abrigo que llevaba, no quería arriesgarme a perderlos o dejarlos atrás.

-¿Y bien? ¿Qué vamos a hacer ahora? - quiso saber Carla. Se estaba impacientando.

Carla vestía algo parecido al retrato de Isabel que había encontrado horas antes; Niggel llevaba la ropa de Farlan; y, debido a su estatura y complexión, a Kikyō no le había quedado de otra que usar la ropa de mi madre. No me gustaba la imagen ni el mensaje que me enviaba verlos así. Sentía que la historia se repetiría.


©️ De la imagen a quien corresponda.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora