Rebeca se encontraba en su hotel lujoso de Roma, en la Piazza della Republica, que mostraba un estilo tradicional aunque moderno con mobiliario e instalaciones contemporáneas. Contaba también con un cuarto de baño de mármol y una terraza privada. Abrió el enorme vestidor, del que sacó un vestido corto, negro y con brillantes, un cinturón a juego lo acompañaba, junto con unas botas del mismo color que llegaban ligeramente por encima de las rodillas. Se recogió su pelo dorado en un moño, con un par de mechones sueltos cayendo a cada lado de su rostro. En el cuello lucía un collar de plata, al igual que las pulseras que llevaba. Sus ojos estaban maquillados de un tono marrón mientras que sus labios lucían uno palisandro.
Después de hacerse varias fotos para publicarlas en sus redes sociales etiquetando a las marcas de la ropa y complementos que usaba, se dirigió a la puerta del hotel, donde esperaba el taxi que la llevaría al desfile. Estaba un poco nerviosa, era la primera vez que la invitaban a un evento de semejante nivel, donde su futuro profesional podría dar un gran salto, sin embargo, intentaba mantener la calma.
Por el camino, mantenía una conversación de Whatsapp con su hermano, seguro que tenía la fórmula para hacer que se sintiera mejor, como siempre.
Rebeca:
¿Y si no sale como espero?
O puede que no les guste lo que hago.
Jonathan:
Ahora mismo, lo último que debes pensar es eso.
Cierra los ojos, coge aire, lo sueltas despacio y repite varias veces:
"Todo va a salir bien, podré con ello".
Rebeca:
Gracias por intentar ayudarme. Eres el mejor :)
Jonathan:
Sobre todo, confía en ti misma como lo hago yo.
¡Mucha suerte!
Rebeca:
Gracias. Te quiero.
Jonathan:
Yo también te quiero :)
Él era la persona más importante en su vida. Desde que nació, tres años después que ella, siempre estuvieron allí la una para el otro, cuidándose y apoyándose en cualquier momento.
Cuando el taxi se detuvo, hizo lo que el chico le había aconsejado, después bajó. Al cerrar la puerta, muchos focos se centraron en ella, iluminando todo con el flash de las cámaras. Estaba acostumbrada a que la fotografiaran, aunque no tantas personas a la vez. Incluso algunos periodistas se acercaron para preguntarle sobre lo que esperaba ver allí.
Antes de que empezara el desfile, hubo un catering para las personas invitadas. La chica cogió una copa de champán mientras observaba a la gente que se encontraba en aquel lugar. Dio un sorbo y estuvo a punto de ahogarse cuando entre la multitud, distinguió a la famosa Donatella Versace. Se fijó en que llevaba un vestido de tirantes gris, junto con unas medias negras, al igual que sus botas y el bolso. A la rubia comenzaron a temblarle las piernas cuando vio que aquella reina de la moda se acercaba a la zona donde ella se encontraba.
Tanto los asistentes como los fotógrafos la atosigaban, todo el mundo quería hablar con esa mujer y no era de extrañar, Rebeca también estaba deseando hacerlo. Mientras que la influencer esperaba a que los acosadores la dejaran tranquila, decidió grabar un vídeo para sus historias de instagram donde expresaba su alegría.
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Hasta que la muerte nos una
Romance¿Qué pasaría si la muerte de la persona que más quieres te une a la persona que más odias?