Suspiró mientras me dejó caer en el suelo al lado de un árbol, varias raíces del mismo sobresalen de la tierra y lo rodean por completo.
Estoy cansada, física y mentalmente. Estoy molesta, estoy irritada, estoy aterrada... Tengo muchos sentimientos encontrados, y siento que es uno de esos momentos en que no sabes cómo reaccionar. Simplemente estás ahí. Existiendo. Y lo odias.
Nunca pensé que quinto grado de preparatoria seria así. Por dios, estoy a nada de tirarme de un puente.
Y todo se intensifica gracias a mi madre. Al ser este mi último año está encima mío todo el tiempo. Preguntándome por universidades, carreras, trabajos con buenos sueldos... Es decir, sé que el momento de elegir se acerca, pero jamás pensé que pasaría tan rápido.
Hecho la cabeza hacia atrás dejándola recargada en el árbol y suspiro llevándome ambas manos al rostro. Siento que en cualquier momento voy a echarme a llorar.
—Vida de mierda —susurro.
Siento como mi teléfono comienza a vibrar y lo saco del bolsillo de mi sudadera, enciendo la pantalla encontrándome con mensajes de varios de mis amigos. Vuelvo a bloquear la pantalla y veo mi reflejo.
Dios, doy asco. Las ojeras debajo de mis ojos se ven hasta en el reflejo de mi pantalla, parece que quiero matar a alguien. Tengo un poco de acné en la frente y en las mejillas. ¿En qué momento comencé a descuidarme tanto?
Vuelto a meter mi teléfono en el bolsillo de la sudadera y me pongo de pie con dificultad, me froto los ojos intentando quitar el sueño de mi sistema y comienzo a caminar por donde he venido. En el proceso bostezo, y cuando menos me lo espero choco de cara contra un árbol.
Me llevo una mano al pecho y otra a la cara mientras me separo. Realmente dolió.
Abro los ojos después de un rato y arrugo el entrecejo mientras volteo a varios lados intentando ubicarme pero lo único que logro ver son árboles. Árboles, árboles y más árboles. Bajo la mirada al piso intentando encontrar el camino marcado y mi alma cae a mis pies cuando no la encuentro.
¿En dónde mierda estoy?
Comienzo a caminar sin rumbo alguno intentando encontrar el camino de vuelta, ¿en qué momento me perdí?
Sigo pasando entre los árboles sin encontrar el camino. Por un segundo me doy por vencida.
—Ojala me coma un oso —me quejo en voz alta.
Me vuelvo a quedar en silencio y la sangre se me hiela cuando comienzo a escuchar el crujir de unas ramas. Levanto la mirada al cielo.
—Dios, era broma.
Regreso la mirada a los árboles intentado encontrar de donde viene el ruido pero no encuentro nada.
—Me estoy volviendo lo-
—Sabes que no podemos estar aquí —escucho una voz masculina sonar más o menos cerca de mí y abro los ojos como platos. Me quedo de piedra plantada en el mismo lugar. Los pasos los escucho más cerca y a unos 15 o 20 metros comienzo a ver movimiento. No es solo una persona, son dos.
Ellos continúan caminando y me surge la idea de pedir ayuda pero rápidamente la desecho. Podrían ser peligrosos.
Uno de los dos chicos suspira.
—No quiero tener que volver a salvarte el puto pellejo de nuevo —se queja uno de los dos sujetos.
Veo como uno toma del brazo al otro y lo detiene a medio camino quedando justo en mi campo de visión por lo que comienzo a mover los pies intentando cubrirme con el árbol que tengo más cerca, ellos comienzan a murmurarse entre ellos mientras yo me acomodo detrás del árbol para no ser vista. Una vez que llego me asomo intentando verlos.
Quizá son dos chicos de la preparatoria peleando o algo así. Aunque casi nadie se acerca al bosque.
Entrecierro los ojos intentado verlos pero lo único que alcanzo a distinguir son sus cabezas. Uno es pelinegro y el otro castaño. A ninguno le puedo ver la cara porque ambos tienen el cuerpo medio girado, dándome la espalda.
—¡Llega antes del anochecer o yo mismo te estranguló! —amenaza el castaño.
Vale, creo que es momento de irme si no quiero estar en problemas legales.
Doy un paso hacia el segundo árbol más cerca de mí con la intención de irme alejando poco a poco pero me detengo en cuando las ramas bajo mi pie comienzan a crujir. Cierro los ojos implorando que aquellos sujetos no hayan escuchado.
De inmediato regreso la mirada a donde ellos se encontraban y siento que mi alma sale de mi cuerpo al encontrarme con un par de ojos oscuros. Es el chico de pelo negro.
¿Hola dios? Soy yo de nuevo
Me quedo completamente quieta sin despegar mi mirada de la suya.
Si no me muevo no me ve, si no me muevo no me ve.
—¿Qué fue eso? —pregunta el castaño.
Trago grueso implorándole con la mirada que no diga nada. ¡Solo quiero irme!
Me observa sin ninguna expresión en la cara y, cuando menos me lo espero se gira hacia el otro tipo encogiéndose de hombros.
—Algún animal —suspira con frustración— Lo pensé mejor. Vámonos, mañana regreso.
Comienza a caminar de vuelta con el castaño siguiéndolo.
—¡Estas loco! ¿Es que tu no entiendes?
Cuando los veo alejarse hasta perderse entre los árboles siento que vuelvo a respirar. Suelto un gran suspiro y camino hacia donde ellos habían estado minutos antes. Ahí estaba el camino marcado hacia el pueblo.
Camino acelerando el paso y solo puedo pensar una cosa.
A ellos jamás los había visto. Ni en el pueblo. Ni en la preparatoria.
ESTÁS LEYENDO
R A V E N
Teen FictionEn el bosque de raven siempre han habido miles de historias, cada una mas ridícula, retorcida y perversa que la otra. Sin embargo nunca se ha sabido con certeza lo que ha pasado allí dentro. Lyna cree que es momento de descubrirlo. Una chica curiosa...