Destino Incierto

Prólogo

Han pasado varios años desde que ocurrieron una serie de incidentes sin precedentes en el pueblo de Dante. Diversos casos de feminicidios se presentaron en aquel pueblo, y cabe recalcar que nunca atraparon al perpetrador de esta ola de asesinatos. Las mujeres víctimas de estos acontecimientos fueron brutalmente asesinadas; Desde degollaciones hasta amputaciones de distintas partes del cuerpo, también escuché que una mujer que estaba de paseo por la zona desapareció, al día siguiente la encontraron muerta sin su mandíbula... Y da la casualidad de que yo me voy a mudar a ese preciso pueblo.

Parece que a partir de ahora...

Mi destino será incierto        

Soy Billy Virgil, un hombre con nada más ni nada menos que 20 años. Me gano la vida cómo artista, no soy alguien tan reconocido, así que por eso vendó mis obras a un precio accesible, aunque pienso cambiar eso a futuro. El dinero que recibo no es mucho, pero si lo suficiente como para comer un día más.

La causa de este viaje se debe a que mi padre quería volver a sus raíces acompañado de su esposa e hijo, al principio me negué, pero de alguna u otra forma fue capaz de convencerme de ir.

El pueblo de Dante tiene varios rumores circulando a su alrededor y esa fue la razón por la que me negué a viajar en un principio. Supongo que al final terminé aceptando ya que, después de todo ya han pasado una cantidad considerable de años desde que ocurrieron tales feminicidios. Además, no soy mujer, así que no le debo temer a nada.

***

Cuando mi familia y yo bajamos del autobús un grupo de 4 jóvenes nos saludaron con emoción. Ellos aseguraban conocerme desde que tenía 9 años, honestamente yo no lo recordaba, pero intenté dar mi mejor esfuerzo para que no vieran que para mí eran unos completos desconocidos ahora mismo.

— No nos recuerdas ¿cierto?

¿Q-Qué?

Uno de los hombres habló, al parecer este se llamaba Kurt. Su comentario fue tan repentino que no supe que responder al respecto.

— Mmm, así que es eso, ¡tú sonrisa incómoda te delató!

Viejo... Por poco pienso que tenías la habilidad de leer mentes.

— Lo siento, ha pasado demasiado tiempo desde entonces —Dije.

— ¡No te preocupes! A veces pasan ese tipo de cosas. De todas formas, siempre podemos volver a conocernos.

Hasta antes solo estaba asintiendo a todo lo que me decían, así que de cierto modo no fue tan malo que se diera cuenta de que estaba fingiendo saber lo que sucedía. Aunque... Me parecía extraño que mis padres se llevaran tan bien con este cuarteto y nunca me hubieran mencionado de su existencia.

— Mucho gusto, me llamo Kurt.

Ahí fue donde comenzaron las presentaciones; La chica con el overol azul y cabello castaño se llamaba Karen, la otra chica con cabello negro al igual que sus ojos vestía con una especie de bata blanca y se llamaba Lucy, el sujeto que contaba con lentes y camisa blanca se llamaba Mark y por último estaba Kurt, el cuál usaba una camisa de cuadros.

***

Luego de las presentaciones mi familia y yo nos dirigimos hacía nuestra nueva casa. Está tenía dos plantas; abajo había una sala de estar y al lado estaba la cocina, también cabe recalcar que yo tenía una habitación exclusivamente para trabajar en mis siguientes dibujos. Y en la segunda planta se encontraba mi habitación.

La casa fue construida con madera, es bastante diferente en lo que a la ciudad respecta, ya que las casas de allí son hechas con ladrillos u otros materiales. De igual manera, supongo que no está tan mal cambiar de aires de vez en cuando.

Después de organizar mi cama me acerqué a la ventana de mi habitación, en el exterior pude ver varías casas y algunos árboles, está vista combinaba bastante bien con este atardecer. Lo único que me preocuparía de vivir aquí serían los mosquitos, a fin de cuentas, este pueblo es un lugar rural.

De pronto escuché un sonido que me sacó de mis pensamientos, se trataba del canto de las cigarras.

— Ignoraré ese mal presagio por ahora.

Me di la vuelta y regresé hacía las cajas para seguir organizando mi habitación.