Día del accidente

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El acertijo


LUKE



Hoy es el día de la fiesta y en eso era en lo que menos pensaba.

Veía a todos hablando animadamente de ello, de que si iban a poner y con quien iban a ir. También lo hacía gracias a que Marianna me lo recordaba cada cinco minutos para que sea su pareja, pero ella sabe que no estoy en esas.

Estaba sumido en mis pensamientos desde hace unas horas. No sabía si iba a poder cumplir mi objetivo, la misión que me había indicado. Más no podía encontrarla por ningún lado, jamás pensé que sería tan difícil buscar a alguien. Aunque si solo te dicen "tiene los ojos como el sol y brillan igual que él", es razonable estar algo perdido.

—Aún sigues sin poder encontrarla— me dijo Marcus sacándome de mis pensamientos, lo miré y le asentí pesadamente —Oye, no te concentres tanto en eso y relájate un poco ¿si?— me puso su mano en mi hombro —Literalmente has pasado las últimas tardes buscándolas por los centros comerciales y parques, además de que se que no duermes bien pensando en que vas a hacer— el tono de preocupación se notaba en su voz —Necesitas tomarte un descanso

—Puede que tengas razón— le mire con media sonrisa —Y bien— empecé para cambiar de tema —Ya sabes que vas a hacer para tu pelirroja?— pregunto curioso

—¿Cómo sabes que voy con ella?

—Eres muy obvio, se nota que esa chica te está empezando a volver loco— dije algo burlón

—A veces te detesto sabias?— dijo serio y con mirada fría y eso hizo que la situación me parezca aún más divertida —Pero si, ella es todo un dilema— dijo y al ver su cara respire profundo, ya no me gustaba esto

—Solo quiero que recuerdes que tenemos una ley Marcus— le digo más serio —si comienzas a, ya sabes, debes olvidarte de ella, no debemos tener sentimientos involucrados

—Lo sé— dijo y suspiro profundo —Lo sé— volvió a poner su vista en la libreta para seguir escribiendo y yo decidí no hablar más del tema

A veces me daba pena con Marcus pero él no tiene la elección del corazón, nadie la tiene. Siempre que tocamos el tema se pone así, frío y cortante. Él aún no se ha enamorado pero ha visto a algunos que lo han hecho, que son como nosotros, que no les ha ido bien. Por eso siempre le recuerdo nuestro lema: "No pueden enamorarse ni tener sentimientos involucrados con nadie"

Yo siempre lo he hecho y me he cuidado de ello, por eso nunca he tratado de tener algo con alguien por más que me atraiga. Solo noches locas obvio por quien me tomaban, pero solo eso, no pasa de ahí.

Cuando terminó el día, salí hacia mi heladería favorita. Marcus tenía razón, necesitaba despejarme un poco, y la mejor forma de hacerlo era con un helado. Me desate un poco la corbata ya que me apretaba, aun no entendía la necesidad de esto en el uniforme.

Llegué a la heladería y fui al mostrador, vi que una de las encargadas del lugar me miraba de arriba a abajo, luego carraspeó un poco y me habló

—Bienvenido, ¿que desea ordenar?

—Uno de ciocolatto amaro, por favor— le dije amablemente mientras me miraba

—Eh-eh claro que si, ya se lo sirvo— dijo algo colorada y se fue para la parte de atrás

Ella era una chica que parecía un poco mayor que yo y me tiraba miradas mientras me servía mi helado. Cuando me lo entregó le agradecí y le pague mientras le daba una sonrisa ladina que hizo que se sonrojara aún más. El efecto de los Morgan, o al menos así le decía mi hermano.

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