En Búsqueda de los 4 Elementos

Capítulo 10

Evidencias

SKIA

Porque ayer no pudo ser viernes, por que

Ahora mismo tenía el uniforme de la escuela mientras me miraba al espejo preguntándome porque no fingí estar enferma cuando mi padre me llamó para despertarme. Mi padre trató de animarme, como siempre y sin saber que tenía, pero aún así lo último que quería era pisar la escuela. Al llegar, el odio y desprecio se podía percibir en el aire, al igual que las miradas hacia mi.

Es que estas personas no tienen nada más que hacer

Parece que no

Las clases fueron eternas y en la gran mayoría me sentaba sola, porque claro, quien querria estar con Skia

Yo

Tu no cuentas, estas obligada a estar conmigo

Pero aún así lo estoy

—Alumnos, hoy los traje al taller de arte para que se inspiren, y su creatividad vibre— comenzó el profesor de arte a hablar —Cada uno tiene un lienzo a su lado, quiero que ustedes dejen fluir su imaginación y hagan un cuadro que me deje estupefacto— anuncio y todos comenzaron a tomar los pinceles y sus pinturas.

Yo por mi parte tomé un lápiz y una borra para comenzar a dibujar en el lienzo, me puse los auriculares y me desconecte del mundo, de las burlas, de los insultos, de todo. Mientras el lápiz se movía me imaginaba todas las cosas que me habían pasado y soñado, al final opte por un paisaje poco común con un lago, montañas altas, volcanes, árboles y flores. ¿Por qué es poco común? Porque mezclar muchos detalles de varios sueños en la pintura.

Al terminar mi boceto y considerarlo correcto, busqué las pinturas para comenzar a darle vida. No se cuanto tiempo estuve allí, solo se que al levantar la cabeza, estaba sola en el taller, creo que porque ellos se fueron al receso, pero no me importo mucho eso. Mientras terminaba el degradado del césped, sentí una mirada fría sobre mi, y no tuve que girarme para saber quién era.

—Que quieres?

—Te tomaste bastante en serio lo de la pintura verdad?— dijo antes de entrar y sentarse en una se las mesas con un libro en la mano

—¿Ahora eres lector? Que paso con el chico super deportista que lo último que quería era tocar un libro

—Cambio de opinión, todos pueden hacerlo Luna— al oír como me dijo, solo me recordó a la conversación de la biblioteca

Decidí ignorar su existencia en la sala y terminé de hacer varios de los retoques antes de que tocara la siguiente clase. Luego cuando volviéramos al final del día lo terminaba. Salí de allí hacia la siguiente clase, Física, por lo que imaginaran que el querido señor me siguió

Me senté en la mesa seguida de él, el cual estaba viendo el libro con mucha cautela, como si no quisiera que nadie viera de que era.

—Que lees?

—Que te importa— espetó

—Luego yo soy la grosera— volví a prestar mi atención a mi libreta y escuché un suspiro de su parte

—El lago de los cisnes, la original— farfulló antes de volver a su lectura

—¿Y por qué estás tan misterioso con el libro?