ਏϊਓ: 𝟶𝟽

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Desde aquel día, a relación que ambos mantenían se tornó extraña, se ponían nerviosos sin razón alguna apenas los dejaban solos por una milésima de segundo, y cada que se veían solo alcanzaban a sonreírse sin más.

La tensión entre ambos era tan notoria que incluso Karina y Jackson la notaban. Ahora ambos estaban en la biblioteca del departamento, ya que estaban ayudando a la chica a un proyecto de la facultad.

Quizá ayudar no era la palabra adecuada, pues Minho solo estaba leyendo un libro sin prestar realmente atención a lo que decían los demás presentes.

—Ugh, olvidé mis lápices, ya vuelvo chicos.— Karina salió del salón dejando solos a los presentes.

Christopher no podía ni quería seguir ignorando aquella tensión por lo que revisando que la puerta estuviese cerrada, se acercó a Minho y lo levantó tomándolo de la corbata, cuando éste estuvo de pie, lo estampó en una de las paredes.

—¡Oye imbécil!— decía mientras trataba de librarse del agarre, cosa que fue imposible pues Chris tenía casi la misma fuerza que él.

—Dime, ¿Qué es lo que te pasa?

—¿A mí? Tú eres el loco que me acaba de azotar en la pared.

—Minho, tú y yo sabemos a que me refiero.— murmuró cerca de su oído, apretando más sus muñecas.

El menor no supo que decir, obviamente sabía de que hablaba, pero vio más viable la opción de hacer como que nada sucedía, aunque no fuese así.

—Olvídate de eso, solo fue un momento incómodo que no volveremos a repetir.— Minho le dirigió aquella mirada amenazadora que Chris rogaba por ver de nuevo.

¿Qué le sucedía? ¿Por qué le gustaba y al mismo tiempo le temía a aquellos ojos afilados? Olvidó todo aquello cuando escuchó pasos fuera de la habitación, liberó a Minho notando cómo en su mano habían quedado marcado sus dedos por la fuerza empleada.

Cierto, tenía que congeniar con el chico ya que era hermano de Karina.

Puso su mejor cara, ignorando todo lo que había pasado hace unos segundos atrás, cuando la menor entró, sonrió dándole una mirada tierna y falsa, ¿Sentía lo mismo que cuando la conoció? Habían pasado casi cinco semanas de eso, y sin embargo, el sentimiento estaba ahí pero muy nulo.

—Min, ¿Podrías venir a ayudar?— el mencionado no dijo nada pero se acercó.

Debía hacer como que nada había pasado y si bien le asustó la actitud de Christopher, realmente debían dejar de lado aquella tensión.

—Ji, ya lo hiciste mal, la circunferencia tiene que ser de siete centímetros.— corregía su hermano mientras buscaba la goma— Chris, ¿Podrías pasarme el borrador?

El mayor se sorprendió ante la repentina mención por parte de Minho, al menos ya no lucía enojado.

ਏϊਓ

—¡Chris me invitó a una cita!— cantaba Karina a sus hermanos desplegando emoción.

—Yo también quisiera tener mi propio romance— decía Chaeryeong al ver tan contenta a su hermana.

—Ya te llegará, por lo mientras ayúdame a escoger un vestido.

Minho ni siquiera sabía que hacía ahí, y al parecer sus hermanas necesitaban privacidad, por lo que bajó hacia la sala, cuando el timbre llamó su atención.

Al abrir, su rostro cambió a uno de disgusto, notando de quién se trataba.

—¿No te cansas de estar aquí?— dijo sin dejar pasar aún al contrario.

—De hecho, no, y espero no ver tu cara de nuevo en el tiempo que esté en este lugar.

—Lárgate y no regreses, tu simplemente presencia me da migraña.

Christopher soltó una risa mientras asentía, ambos habían dejado de lado aquellas situaciones incómodas y su relación de amistad/odio estaba como siempre.

—De todos modos no vengo a verte a ti, hay personas más importantes que tú.— despreocupado se sentó en el sofá de la sala.

—Christopher en verdad estoy empezando a odiarte.

El mencionado volteó a ver a Minho y notó que solo vestía una pijama de series animadas.

—Eso es muy maduro de tu parte.— mencionó señalando la pijama.

—Bueno, Karina me despertó gritando como loca, ¿Quién mierda pide una cita a las nueve de la mañana? Yo preferiría salir a eso de las seis de la tarde.

La chica bajó portando un bonito vestido con estampado de flores, dando aquella vibra de primavera, Christopher sonrió su corazón latir con ver a la menor.

—Bueno, creo que podemos irnos.— Karina tomó su bolsa y se acercó a Christopher.

—De acuerdo, nos vemos después, Minho.— el piloto le guiñó un ojo a modo de despedida, ocasionando que Minho en respuesta le señalase el dedo corazón.

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Karina tenía ciertos modos de Minho. Por ejemplo, el arrugar la nariz cuando no se decía en algo, o pestañear constantemente.

A Christopher  notó esos pequeños primero en el chico que en la menor, pues cada que Karina los hacía, no podía evitar pensar en Minho.

Y eso le asustó. ¿Por que pensaba en el menor cuando estaba en una cita con la chica más genial que ha podido conocer?, incluso se preguntó si en verdad gustaba de la chica.

Si, quizá también le interesen los hombres en modo romántico, pero no podía imaginar pensar de ese modo con Minho, se sentía tan incorrecto... que le gustaba, y no sabía porque. Tal vez si se hubiese fijado primero en Minho ahora estaría en una cita con él.

Esos pequeños pensamientos pasaban por su mente mientras la pelinegra contaba acerca de su vida. Seguía con el miedo de que pensaba acerca de Minho, quizá fue el terror, quizá fue un pensamiento rápido, quizá fue su estúpida boca que habla sin saber qué, quizá solo fue un impulso, aquello que lo obligaron a decir esas palabras que lo condenarían.

—Karina— interrumpió de la nada— ¿Quieres ser mi novia?

. ·ʚĭɞ 𝗳𝗮𝘀𝘁𝗲𝗿 ਏϊਓ | Minchan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora