Juancho Hernán-Gomez vuelve a casa después de su paso por la NBA. Lleno de sueños e ilusiones, afronta la temporada con su nuevo equipo dispuesto a demostrar lo que no pudo hacer en tierras americanas.
Natalia está cansada de disimular que todo está...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Siempre hay una luz al final del túnel.
Siempre hay esperanza para las personas que se aman.
Dicen que siempre triunfa el amor.
Aunque ellos empezarán por el final.
Porque dicen que el amor no tiene que ser perfecto, solo tiene que ser sincero. Porque el verdadero amor nace de los tiempos difíciles.
Un beso. Un solo beso y sus labios tendrán el nombre del otro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🏀 THE BEGINNING
La vida siempre es un cúmulo de casualidades y de decisiones.
El hacer o no tal cosa.
En elegir este u otro camino.
En tomar un rumbo diferente.
El destino...
Aquella tarde de finales de Agosto, un café fue el principio de una elección que cambiaría el resto de la vida de la joven Natalia. Decidió que la pequeña de diez años a la que estaba cuidando, ya era lo suficiente mayor para estar a solas con sus amigas mientras ella la vigilaba desde aquella cafetería.
Entró y se sentó en uno de los taburetes de la barra. Podía ver desde esa posición, como la niña charlaba y compartía secretos con sus amigas, creyéndose ya, demasiado mayor para andar entre toboganes y balancines. Natalia se pidió un descafeinado mientras abría su Tablet y repasaba sus proyectos de ese mes. El camarero le sirvió el café, pero, se olvidó de ponerle el azúcar. En vano trato de llamarlo, pero el buen hombre atendía las mesas del fondo del local y no la escuchaba.
- Si quieres puedes quedarte con el mío. A mí no me gusta mucho el azúcar y me han puesto sacarina.
Decidir si aceptar o no el azúcar. Mirar a los ojos al amable chico que se lo ofrecía. Y sentir que su corazón latía desesperado, fue lo que cambió la caótica y desastrosa vida de Natalia.
Se miraron. Con una mirada se lo dijeron todo.
Se descubrieron el uno al otro.
Fantasearon con lo que podría ser y el roce de sus dedos al cambiar de mano el sobre de azúcar confirmó que, desde luego, algo estaba pasando.
