◔ Génesis x Fem Auron
◐ Medieval Universe
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Luego de una relación fallida con nada más y nada menos que un príncipe, Aurora duda que pueda encontrar en el mundo a alguien que valga la pena. De manera inesperada, el dest...
◐ Pareja:Génesisplay, con una salpicadita de Rubiusplay y mención platónica de Luzuplay.
◔ Fem Auron, Mundo Alternativo ubicado a finales del siglo XIX.
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En un negocio de paredes marrones, un hombre y dos mujeres se preparaban para iniciar la jornada del día. Se trataba de una perfumería, la única del reino, que gozaba una reputación excepcional entre la alta y baja alcurnia. Era un establecimiento matrimonial; Jaume y Violeta eran los dueños. Desde que se ponía un pie adentro, se percibía el delicioso aroma de un aceite hecho a base de lavandas.
Violeta ordenaba los frascos en un mostrador, haciéndolos tintinear. Eran físicamente iguales y carecían de etiquetas, por lo que ella era la única que entendía el orden de las fragancias. Su esposo, a quien de cariño llamaban Perxitaa, siempre se confundía y hacía mal las entregas. Para evitar dicho problema, Violeta se esmeraba en darle indicaciones simples.
—... Las tres primeras filas de la derecha tienen esencia de rosa. Las de la izquierda, de romero... Ah, y las de atrás tienen vainilla.
—No voy a recordar eso —se quejaba el pelirrojo, rascándose la cabeza.
La segunda mujer rodó los ojos.
—Pero yo sí, Vio —le dijo, para tranquilizarla—. Yo le ayudo, tú vete tranquila a comprar.
—¿Segura?
—Sí, venga. Ten cuidado.
Violeta asintió con una sonrisa y partió, confiando en que la muchacha evitase confusiones y equivocaciones.
Aurora era amiga íntima de Violeta y casi una hermana pequeña para Perxitaa. Era, además, el cerebro detrás de la elaboración de los perfumes. Su trabajo era machacar plantas, crear esencias y, a veces, vigilar que Jaume no metiese la pata.
La chica se apartó el cabello de la cara y se sentó tras el mostrador, con un resoplido quejumbroso. Se acodó en la mesa de madera y apoyó la quijada en la palma de sus manos, suspirando. Se le notaba decaída, lo cual era extraño. Aurora, por lo general, o estaba increíblemente molesta o exasperantemente juguetona. Tendía a silbar imitando el ritmo de los ruiseñores que sobrevolaban el pueblo, o a limpiar el polvo entre bailes y risas.
—Pero tía, me estás deprimiendo. Trata de olvidarlo, ¿sí?
Aurora volvió a suspirar.
—El amor es una mierda —declaró, dejando caer la mejilla contra la mesa—. ¿Te confieso algo? Pensé que funcionaría, me entregué en alma a que funcionara. Qué frustración.
El pelirrojo hizo una pequeña mueca. Odiaba ver a su amiga en ese estado tan desdichado. Una parte de él se enojó en nombre de Aurora. Hasta hace dos días, la castaña estaba de novia con el príncipe Rubén. Desde el inicio a Jaume no le gustó la idea. Se decían de boca en boca muchos rumores sobre el tipo, como que era un poco déspota y demasiado coqueto. Frecuentaba las cantinas, se enredaba en las sábanas de alguna fémina que le prestase sus servicios y regresaba a los lujos de su palacio, fingiendo inocencia frente a los reyes.
