Seré tus lágrimas

947 95 32
                                    

No sabría como explicar lo que sentía en esos momentos, la ira, la frustración, la tristeza, preocupación y desesperación se mezclaron en él, formando un torbellino nauseabundo, ¿cómo es que ocurrió eso? ¿Alguien le podría explicar que era lo que estaba viendo? Porque parecía ser Endeavor, quien supuestamente estaba en la mejor prisión de Japón, hablando con la prensa, destacando que decía puras falacias sobre su reciente desaparición. Sus manos buscaron inmediatamente su teléfono, tenía miles de mensajes de los hermanos biológicos de Shouto, preguntándole por su condición actual, él pensó lo peor.

Su mente viajó hace un mes y unas tantas semanas atrás, cuando Kirishima le llamó en medio de un desastroso llanto, la sangre escurrió por las toallas húmedas que usaban para detener el sangrado de los brazos del bicolor, jura estar oyendo la voz del doctor, nuevamente escucha el horrible resultado de su alumno, las terribles lesiones que tenía en lugares que jamás tuvieron que ser tocados, demonios, un niño que estaba con miles de heridas. Solo deseaba que no fuera tarde para nada...

...

Se encontró con un Shinso cargando a una pequeña y angustiada Eri, el mayor le vio con ojos preocupados, casi al borde del llanto por no haber recibido alguna llamada de parte de su hermano. La pequeña observaba con tristeza y confusión a los dos, lo único que sabía era que el hombre malo que daño a su hermanito mayor Shouto estaba fuera de las rejas, en su joven cabecita se imagino el escenario en el que Overhaul salía de prisión, él vendría por ella costara lo que costara... Se llenó de angustia de solo pensarlo, el niño bicolor debe de estar sufriendo por lo mismo, ¿no?

La familia se abrió pasó por los dormitorios de la clase 1 A, el pelimorado apretó aun más en su pecho a la albina, tratando así de pasar desapercibido por los atentos ojos de la clase más escandalosa que jamás había existido. Sin embargo, la sala estaba totalmente vacía, con un mal presentimiento subieron por el ascensor. El tintineo indico su llegada al piso que deseaban, cuando las puertas se abrieron miraron con horror el escenario que tenían enfrente suyo. La clase completa estaba alrededor de la habitación de Shouto.

Kirishima golpeaba suavemente la puerta, preguntándole al dueño si estaba bien, Midoriya miraba con angustia la puerta a un lado del pelirrojo, algunos buscaban algo con que derribar la puerta y otros se quedaban allí sin saber que hacer en una situación como esa.

— Todos — la voz de Aizawa sonó fuerte y demandante — Se van de aquí... ¡Ahora!

Espantados por la actitud del azabache abajaron por montones por la escalera o el ascensor. Los dos que habían estado llamando al heterocromático sostuvieron la mirada sobre su maestro, este suspiro pesadamente.

— Les avisaré cualquier cosa, ¿esta bien? — ambos asintieron levemente y dudosos mientras bajaban la escalera junto a un rubio ceniza que les esperaba — Esperen aquí, yo les diré cuando entrar — le dijo a sus otros dos hijos, temiendo que un escenario similar al último se presentara una vez que entrara a ese cuarto.

Sus nudillos tocaron la madera, con cuidado giró la perilla y un crujido emitió el umbral, con pasos lentos miró atentamente el cuarto, había una cuchilla brillando desde el suelo, no tenía sangre, mas aun así se espantó, con alarma buscó al chico lastimado y lo encontró sentado en el suelo. Parecía un completo desastre, tenía el cabello revuelto, seguramente de los jalones que se había dado, sus brazos tenían líneas rojizas, había presionado la chuchilla contra su brazo probablemente, sus mejillas y nariz estaban enrojecidas y sus asustados ojos se clavaron en él.

— ¿A-Aizawa-se-seinsei...? — preguntó con la voz ahogada en hipidos — N-no lo hice... — le dijo con una sonrisa llorosa y orgullosa — E-es la pri-primera vez en que no... E-en que no me corto... — lo soltó con tanto orgullo de si mismo — E-estoy limpio... N-no lo hice... Y-yo... — sollozo fuertemente y ocultó su rostro entre sus brazos.

Colapso... [TODODEKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora