˗ˏˋ I ˎˊ˗

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Estaba en su límite.

Había llegado a tal punto que ya no podía ocultarlo, ya no podía mentirse más a sí mismo, simulando que nada le pasaba, que nada le desesperaba, que no sentía algo en su interior que se comprimía y dolía, todos los días desde que se fue, había estado reprimiendo todo lo que sentía, haciendo de cuentas que podría esperar cuantos meses más faltaran en busca de una señal, que un día le escribiría una carta donde le diría que ella también quería verlo, que le haría saber que estaba bien, que no había nada por qué preocuparse.

Todos los días se preguntaba, si ya había encontrado a alguien más, si ya se había olvidado de él, si había iniciado su vida y dejado el pasado atrás, estaba perdiendo la paciencia. ¿Qué sucedería con ellos? ¿Qué sucedería con él?, no tenía nada seguro, lo que el futuro pudiera guardarle, lo atormentaba.

Debía parar, no servía de nada pensar eso, aunque tampoco sabía que hacer, y estaba perdiendo la cabeza, deseaba tan desesperadamente verla una vez más, o al menos que le dijera de una vez si debía olvidarse de ella. Se sentía ahogado en un vaso de agua, sumergido en su propia tortura imaginaria

Mientras tanto, en una esquina, recostado sobre el piso, Osomatsu asomaba su vista desde el borde de un manga, que pasaba desinteresadamente las páginas, sin leer los diálogos, o entender de lo que trataba, realmente era una excusa para estar con su hermano, para ver cómo nuevamente suspiraba profundamente, para ver como cada día perdía algo de brillo en su mirada.

Tenía que admitir que ya lo había notado, mentira, lo había notado desde el principio, pero ahora se estaba volviendo algo desbordante, tan grande, que pronto se convertiría en algo desenfrenable.

Era su hermano menor, no podía simplemente no hacer nada, y permitir que se apagara tan fácilmente, debía actuar.

Era el momento de actuar, si quería volver a verlo sonreír.

****

Hubo una tarde, que la casa quedó silenciosa, todos habían salido a atender sus propios asuntos, se podía escuchar la melodía del silencio, que de vez en cuando interrumpido por el canto de algunos pajarillos, la cálida brisa corría por la casa, haciendo bailar a las blancas cortinas de la sala, y los últimos rayos del Sol se colaban por las ventanas, dejando un surco de calidez en cada superficie que tocaba.

Era el momento indicado, no había duda.

Jyushimatsu se perdía a través de la ventana, admiraba perdido como las nubes se dejaban manipular por el viento, cambiando de forma y posición lentamente, realmente no le estaba prestando atención a eso, estaba sumergido muy profundamente en un mundo de recuerdos y pensamientos.

Tranquilo. Deprimente.

Percibió unos pasos que se escucharon a lo lejos, alguien empezó a subir las escaleras con pesadas pisadas, ya sabía quién era, podía saberlo con solo escuchar sus pisadas, pronto aquella persona se detuvo del otro lado de la puerta, uno, dos minutos tal vez, y repentinamente abrió la puerta corrediza haciendo que chocara con la pared, el ruido seco, cortó el momento.

Era Osomatsu, quien estaba parado en el marco de la puerta, aparentemente ninguno de los dos tenía cosas por hacer, que casualidad.

Pronto su hermano mayor se acercó rígidamente hasta la ventana, perdió un par de minutos haciendo nada, se sentía vaciloso de lo que estaba a punto de hacer, al final se armó de valor.

-Oh, Osomatsu, ¿Qué pasa? – por primera vez desde que entró al cuarto, lo miro a los ojos, y le dirigió la palabra, con voz apagada le habló.

- ¿Qué? ¿A mí?... nada, estoy bien – balbuceó indiferente.
-Me alegra mucho.

Are you SURE?! [Osomatsu-san] [Jyusjimatsu x Homura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora