É𝐋 ᴮⁱⁿʷᵒᵒ (𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎)

Capitulo único

— ¡SeongMin, tú mamá ya vino por ti! — Avisó la maestra de la primaria al infante. Él levantó la mirada emocionado. Inmediatamente empezó a guardar sus crayones y cuaderno de dibujo antes de salir corriendo con la mochila al hombro.

— ¡Mami! — Chilló con los bracitos al aire. DongMin rió ruborizado y lo tomó cargándolo.

— Hola mi amor ¿Cómo te portaste? — Preguntó mientras salía de la escuela.

— Muy bien. ¡Hoy dibuje un caballito y me dieron una estrellita! — Exclamó con alegría.

— ¿En serio? — Abrió la boca sorprendido. El niño asintió — Debe estar muy lindo. Es más, dámelo, que cuando lleguemos lo podremos en la nevera.

El niño aplaudió celebrando.

DongMin fue al estacionamiento y bajó a SeongMin para poder buscar las llaves de el auto. El niño se quedó distraído con una mariposa y empezó a seguirla sin darse cuenta que se alejaba cada vez más de su mamá.

Soltó una risita cuando la vió volar más alto. Pero entonces se había dado cuenta de que estaba algo alejado, así que decidió regresar.

No dió ni un paso cuando escuchó un 'Ps....'
Miró a todos los lugares confundido, pero no vió nada. Así que decidió regresar

'Ps....'

Volvió a escuchar. SeongMin frunció el ceño y miró hacia la dirección de donde venía. Era de un callejón descuidado y oscuro. Pero se había acordado que su mamá le decía que no vaya con extraños, así que decidió continuar con su camino.

— SeongMinnie... — Escuchó que lo llamaron en un susurro. El niño palideció y soltó un chillido agudo, yéndose corriendo. 

— ¡Mami! ¡Mami! — Empezó a gritar asustado. DongMin apareció frente a él con el rostro contraído en la preocupación.

— ¡Por Dios niño! ¡Me tenías con el alma en un hilo! ¿Dónde estabas? — Empezó a preguntar, con la voz aterrorizada.

— Ahí... ahí... alguien me... hombre malo, ladrón de niños — Balbuceó. Apenas SeongMin podía pronunciar palabras coherente, y se le dificultaba mucho hablar correctamente.

DongMin frunció el ceño sin entender.

— ¿Quién es malo? — Preguntó. SeongMin apuntó un callejón. Pero el Omega no quiso ir, podía haberse asustado con algún indigente, así que mejor no molestar. — Ya mi amor, de seguro no es nadie malo. Vámonos

— No mami, él sabe mi nombre. Me dijo SeongMinnie... — Empezó a contarle en una suplica mientras DongMin lo llevaba al auto.

— Todos en está zona te conocen SeongMin, así que deja de ser tan paranoico — Habló apresuradamente, intentando calmar el susto de su cachorro. Pero el niño no se calmaba, miraba hacía atrás instintivamente y después se aferró a las piernas de su mamá. Podía oler el miedo de su bebé. Y eso le estaba dando impotencia.

DongMin lo sabía porque no era ignorante, más lo negaba para evitar un ataque de pánico.

Desde hace un año un hombre siempre los observaba, y DongMin temía pensando que podía ser él...

Aunque no sabía. Estaba confundido. Él estaba en prisión, y en una de máxima seguridad sin derecho a las visitas. Así que era totalmente imposible que se haya escapado y que ande merodeando por ahí.

Él era el padre de SeongMin. Un alfa cariñoso y dedicado al bienestar de su familia. DongMin siempre lo admiró, y lo amaba profundamente. Tenían una relación de diez años, desde su adolescencia, hasta su adultez, dónde en esa etapa habían decidido convertirse en padres.