NIGHT [ kookmin ]

Capítulo uno

Las agujas del reloj marcaban las 23:00. 

Jimin se encontraba recostado en su cama, sostenía el celular con la mano izquierda, en el cuál se reproducía un vídeo de un grupo de personas, quienes rescataban animales en peligro, mientras que la otra mano se la llevaba a la altura de la boca para morderse las uñas, no lo podían culpar, era algo que hacía involuntariamente por más que no quiera, a veces llegaba al punto de lastimarse tanto que sentía el sabor metálico de la sangre usurpando su boca. 

De vez en cuando miraba de reojo a dónde se encontraba el reloj, sentía que si lo hacía la hora iba a pasar más rápido. Una vez más estaba equivocado, pareciese que en cuanto más lo mirara, más lento se movían las agujas, 23:10 ... 23:12 ... ,23:15. 

Soltando un suspiro bloqueó el celular y lo arrojó a alguna parte de la cama. 

no podía más, no podía aguantarlo más.

Se pasó las manos por el rostro en señal de frustración, soltando suspiro tras suspiro, resoplido tras resoplido. Se levantó de la cama de un golpe y fue directo a la ventana que se encontraba a unos cuantos pasos, al llegar a ella corrió la cortina y abrió la ventana, podía observar el brillo de las estrellas a todo su esplendor, las hojas de los árboles ser agitadas agresivamente por el fuerte viento, escuchar el ruido casi silencioso de este mismo. 

– En serio me voy a volver loco si sigo esperando — habló para sí mismo. Se dió la vuelta y fue directo a su placar, de allí sacó un jean azul ( los cuáles se encontraban gastados, pero eso era lo último que le importaba, solo necesitaba salir de ahí cuanto antes), una campera bastante grande pero que sería suficiente para protegerse del frío y por último se colocó sus converse negras. 

Se miró al espejo por unos segundos y se sorprendió por las ojeras que tenía, se le marcaron más que de costumbre . La laguna negra llegaba hasta la mitad de su nariz ( si, capaz estaba exagerando, pero realmente se veía así ) , por esa razón hizo una mueca de desagrado y estiró su brazo hasta su escritorio, de dónde obtuvo la base para el rostro. 

No podía mostrarse cansado, no frente a él . 

Soltó otro suspiro y salió de la habitación. Apenas hizo un paso fuera de está, sintió unos murmullos provenientes del primer piso, por lo que se acercó lentamente e intentó hacer el mayor silencio posible. 

Si ya de por sí era raro que hubiera gente a ese tipo de hora en su casa, ¿a quién le pertenecían esas voces?. Cómo la persona curiosa que era, se fue asomando cuidadosamente por el borde de estás, y así alcanzó a ver tres personas las cuáles le daban la espalda. La primera que localizó se trataba de un hombre que debía medir entre 1.73 / 1.75 , el cuál llevaba un traje que por lo que se veía era bastante costoso, a su lado estaba un chico que era mucho más alto que el señor, media entre 1.78/9 , su cabello castaño hacía juego con el buzo marrón y por último estaba un chico que debía medir entre 1.70/ 72, su cabello negro bailaba sobre sus hombros, su postura era rígida y se apretaba las mangas del buzo, debió sentir una mirada puesta en él, por lo que giró la cabeza en su dirección y esa acción hizo que se quede congelado al ser atrapado en plena evaluación. 

Sus ojos eran negros, tán negros que se podía comparar con la noche misma, su boca era pequeña y estaba en una línea recta, no mostraba que estuviese asombrado o asustado por ser observado a escondidas, su tez pálida hacía juego con la luna que brillaba afuera. Simplemente se quedaron mirando por unos segundos, fijamente, pareciese que estaban jugando un juego de miradas y ninguno quería perder. perdí , se dijo mentalmente, no pudo aguantarlo y desvío la vista, soltando un suspiro se sentó en el primer escalón y esperó que se despidan para poder irse tranquilo y no tener que saludar.