Matthew Luna...
Mientras salía de la casa con Loren solo pensaba...
Porque haces estás cosas, como la justifico, cómo es que pueda ser tan mala y que se le note lo imponente y malvada.
A mí me cuesta ser así.
Siempre me han dicho que soy bastante tranquilo para ser hijo de mis padres.
No tengo esa ambición.
No tengo esa sed de sangre.
Quizás solo haga las cosas porque si.
He matado personas pero no es algo que me agrade o me guste.
En eso me parezco a mi padre.
Yo me parezco mucho a el.
La voz de Loren me saco de mis pensamientos preguntándome una cosa.
- Oye Mat? Pasa algo? - No pasaba nada, es que en realidad es mucho que pensar, con esto de la policía y los apellidos que son conocidos, todo da vueltas.
Y eso no me agrada en lo absoluto.
- Nada Loren, es solo que ando pensando en eso, de la policía, los apellidos y eso.- Le hablaba de esto mientras salíamos afuera, tome uno de mis autos y abrí la puerta para que ella entrara.
- Estás muy caballeroso hoy eh?- Dijo esto entre risas, yo le respondí con la misma y cerré la puerta suavemente.
- Lo dices como si fuera de lo peor.- Reía con ella, la verdad es que se me pasaba el tiempo demasiado rápido cuando se trata de ella.
No teníamos ropa apta para ir a un restaurant.
Pero de qué servía mejor íbamos a un centro comercial como gente normal.
A veces hace falta eso.
La riqueza no es muy buena.
Y más si es de una mafiosa con problemas mentales.
Y al llegar a ese centro comercial Loren me metio cómo a diez tiendas de ropa.
- Aaaaaaaaaa!!!! Otra más, porfis, porfis porfis.- Me suplicaba como niña chiquita mientras cargaba bolsas de cosas en mis hombros, eran un poco pesadas, y yo solo la mire por el rabillo de mi ojo.
- Ya es demasiado, se que tenemos dinero para gastar, pero es demasiado, te exageras.- Le dije riendo, ella solo se dedicó a hacer un puchero mientras le sonreía.
Que bonitos son los momentos así.
No todos tienen la dicha de vivir cosas así.
Por eso valoro cada detalle, cada sentimiento y segundo.
No muestro lo que siento pero quiero a mucha gente.
Lleve todas esas bolsas al carro, las puse en el asiento trasero, y cerré la puerta, Gucci, Prada, Valentino, Victoria secret.
Todo lo fino que uno se pueda imaginar.
Y al regresar Loren me estaba esperando en un café cerca de allí.
ESTÁS LEYENDO
.+•°El Diablo No Negocia °•+.
General Fiction- Es tan inevitable no sentir estás cosas hoy en día, el vacío que queda cuando tienes las mejores mansiones pero ya no están esas personas que le hacian luz a tu malvado corazón. - Cuentan los más sabios, que no importa que tan malo se puede llegar...