boss lover

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Las Nevadas era el paraíso sobre la arena, el lugar donde la vida es prospera y llena de lujos, sin embargo, no todos opinaban lo mismo.Detrás de los enormes muros, de las cortinas aterciopeladas, de los cientos de joyas que decoraban los muebles, las cosas no eran color de rosa ni mucho menos brillaban como las monedas de oro que llenaban de avaricia a todo ser que vivía en el país. No. Porqué trabajar para Alex "Quackity" era estar bajo la pesada mira de un hombre manipulador y frío cuyo terrible carácter explotaba en cualquier momento.

Todos le temían. El Jefe no era alguien con quién se puede jugar y salir ganando tan fácilmente porque su precio no era una banal bolsa de oro o un simple diamante; a veces era la propia sangre el precio por pagar si perdías la apuesta. Es por eso que cada vez que Alex "Quackity" caminaba por los pasillos alfombrados del casino, todos se encogían y hacían el menor movimiento posible para no sufrir el pesar de sus ojos. Hay algunos que inclusive aguantaban la respiración.

No había empleado en Las Nevadas que no pensará que su jefe era un hombre vil, sádico sin sentimientos incapaz de sentir la menor empatía hasta para una pobre rata de alcantarilla. ¿Qué otro tipo de emoción sentiría aparte del enojo, la melancolía y la ira? Exacto. Nada.

Y así lo creyeron durante bastante tiempo hasta que Charlie -el único afortunado- tomó la llamada.

"Oficina de Alex "Quackity" ¿Quién llama?" Los empleados cercanos no eran chismosos -los rumores eran peligrosos y nadie sabe cuándo podrían apuñalar te en la espalda-, pero cuando Charlie dijo «pareja» en voz alta, toda la habitación quedó en silencio. Cada uno se vio a los ojos con sorpresa, ¿su cruel jefe tenía pareja?

Y como el fuego, el rumor se extendió en cada uno de las esquinas y bordes del casino, no hubo ningún rincón donde nadie cotillara sobre su Jefe y la pobre víctima. Nadie creía que alguien pudiera salir con su jefe sin salir herido.

Unos dijeron que fue por obligación. Quackity tenía demasiadas influencias, era un hombre peligroso sino se cumplían sus órdenes y negarse a él era declararse un hombre muerto. Podría ser la posibilidad de que su "pareja" sea nada más un precio que pagar.

Otros dijeron que se trataba de una compra, a pesar de que Las Nevadas intentará ser lo más pacífico y limpio posible, el mercado negro no dejaba de trabajar. Debajo de los cimientos se encontraba lo más vil y cruel que se pueda hallar, todos saben que Quackity tiene negocios en esa zona y no sería un sorpresa si comprará a un esclavo personal y hacerlo pasar por su pareja. Él podría desaparecer a cualquiera sospechara.

El rumor de la desafortunada pareja no desapareció, muchos rogaban para que su Jefe no fuera cruel con esa pobre víctima y se desquitara cada vez que él tenía un mal día; había días donde el humor de Quackity era tan deplorable que hasta más mínimo error era motivo para que su voz resonara por todo el pasillo. Sus enormes alas se extendían, el terrible color opaco oscurecia la habitación y las maltratadas plumas se encrespaban dando paso a la terrible imagen de un hombre casi bestial.

¿Acaso seguirá con vida después de esa terrible reunione con Wilbur?

¿Seguirá con vida cuando la sangre de Quackity ardió porque el señor Soot mencionó el nombre de Techno?

Todos pensaban que no.

Incluso sugirieron la idea de un minuto de silencio por la pobre pareja de Quackity, quien quiera que sea.

Pero todo cambia en una noche de celebración en el casino. Vestido en un traje negro confeccionado a la medida, el extraño hombre va caminando hacia la oficina de Quackity con una mirada que nadie puede diferenciar entre la timidez o la determinación. No se puede negar que ese tipo era atractivo, solo hay que mirarlo para darse cuenta de ello. Buen porte, alto y de unos increíbles ojos de bello carmesí.

¿Quién era él?

¿Será otro socio de su Jefe?

¿Por qué nadie nunca lo había visto?

Cuando el -atractivo- extraño hombre se acerca a Charlie y pregunta por Quackity (Espera, ¿No dijo Big Q?), Charlie, alegremente, responde que se encontraba en su oficina y deja que entré sin problema alguno. Ni un aviso ni mucho menos una llamada a la extensión privada al teléfono de Quackity, el tipo entró como si fuera el dueño del lugar.

O era muy valiente o era muy estúpido.

Se sintieron horas. Las apuestas no se hicieron esperar mucho, muy pronto ese tipo terminaría vetado de la oficina con la marca de las botas de Quackity en su trasero o huyendo del lugar; esperaron gritos, reclamos o muebles rompiéndose pero lo único que hay es silencio y los suaves murmullos abogados por la enorme puerta de roble.

De la nada la puerta se abre, los empleados miran por el rabillo del ojo la futura escena sangrienta y el cuerpo del tipo botado en la alfombra roja; pero la escena que vieron no era nada la que estaban acostumbrados, se quedaron en shock cuando vieron a su Jefe, al gran Quackity de Las Nevadas, con el brazo entrelazado con el -atractivo- extraño mientras sonreía abiertamente y sus alas revoloteaban con suavidad detrás de él.

Nadie esperó eso.

Nadie creyó vivir lo suficiente para ver a Quackity tan apegado a alguien; ver sus alas rodear a alguien de forma cariñosa; ver sus ojos adquirir un brillo perdido que nunca estaba cuando andaba en el casino.

Que equivocados estaban todos.

abra segunda parte pero será smut con un chingo de fetiches, nos leemos

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