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Los días pasaron y la costumbre de que aquel hombre abusaba del pequeño todas las noches comenzó a convertirse en una rutina, abusaba de él diariamente sin ningún tipo de remordimiento, ningún tipo de culpa, el pequeño dejo de salir de la habitación, dejo de comer, dejo de sonreír, dejo de hablar, dejo de ser niño.

-Baek la comida ya esta, sal a comer.

Silencio, un silencio se hizo por toda la habitación dando a entender un "no" de parte del pequeño azabache.

-No puedes estar sin comer Baekhyun.

Más silencio, esta harta de aquella actitud de hace ya un mes se sentó en la cama acariciando la pierna del pequeño encima de la sabana, como de un reflejo tratase el pequeño azabache se aparto abruptamente del toque.

-Baek... Lo siento... Perdón por permitir todo esto pero tu papá...

-Él no es mi papá --después de un mes por fin hablo el azabache.

-Si lo es.

-No lo es, un papá no le hace eso a su hijo --sollozo.

-El te quiere mucho Baekhyun, es su manera de demostrártelo.

-Déjame solo, por favor --susurro.

-Baek.

-Déjame solo.

-Ya lo escuchaste Jojjari, salte --dijo el señor entrando a la habitación sacándose la chaqueta.

-Amor, él esta cansado no creo que sea buena idea que tu... Ya sabes.

-Tu no me mandas, salte te dije.

-Amor..

-¡Que te salgas maldita sea!

La pelinegra pego el salto para salirse de la habitación y ver como este cerraba la puerta con llave.

El pequeño comenzó a temblar debajo de las sabanas cuando escucho un cinturón abrirse, la risa ronca del ajeno lo tenso de una manera brutal, sentía como las lágrimas se acumulaban en sus pequeños ojos.

-Baekhyun, quitate la ropa.

Por favor ya no más.... --pensó.

-Vamos, el doctor debe revisarte

Este sin rechistar comenzó a desvestirse mientras aún lloraba, aquella sonrisa lo tenía con los nervios de punta, estaba harto de aquello, estaba comenzando a acostumbrarse y eso no era bueno.

-Estaba pensando en comprarte un modelito para cuando tengánmos nuestras lunas de miel ¿Qué te parece?

El menor no respondió, solo se quedo callado y acostado en la cama esperando su perdición, esperando que lo malo pasara.

-Últimamente estas callado, no me gusta eso, extraño esos lindos gemidos que das ¿uhm?

-No me gusta que estes callado conmigo --siguió reclamando.

-Solo hazlo de una vez --dijo por fin.

-Estas ansioso como yo ¿uh? ¿Tanto te gusta esto? --dijo colocándose entre las piernas del pequeño azbaache-- ¿Estas listo para tu inyección? --sonrió.

El menor se dió la vuelta hundiendo su cara en la almohada dejando sus lágrimas salir.

-Oh, ya veo, lo quieres de esta forma, eh.

Aquella sensación de ardor por su pequeña entrada comenzó a hacerse presente ahogando un sollozo en aquella almohada, las embestidas fuertes se hicieron más constantes lastimandolo, haciéndolo llorar más.

Ágape || Baekmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora