Capítulo 8 - Reacción en cadena

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Bonnie estaba decidido, esa noche Bonnie "eliminaría" su problema de raíz, pero para eso tuvo que esperar hasta la media noche para poder ir sin ser visto por sus compañeros, él se infiltro a la oficina de Golden para buscar la dirección de la vivienda de Bon y descubrió que él vivía en un hotel cerca de cabaret, cosa que le sorprendió a Bonnie porque esa era la zona de los ricos.

Bonnie *POV* este idiota parece estar bien de dinero, como sea, a donde va no lo va a necesitar, lo malo es que el cabaret se quedara sin cantante

Bonnie tenía algo especial preparado para él, su cuchilla mariposa favorita, de oro rosa, con filo de diamante e incrustaciones de rubíes de todas sus navajas esa es la que más aprecio le tenía, ese brillo rosado que asemejaba al de sus ojos era lo que le fascinaba de su arma.

Bonnie – oh Belinda, tú y yo nos encargaremos de ese francés de una vez por todas

Bonnie tomo su máscara salió de su hogar con la luna como su única compañía el sonido de los autos y uno que otro borracho en la zona no hicieron desviar la mirada a su objetivo, al llegar al hotel vio como pocas luces estaban encendidas, Bonnie saco unos binoculares para intentar ver si alguna de una de esas habitaciones era la de Bon que para su suerte si, logro ver a Bon en una de las habitaciones encendidas, vio como el francés se desvanecía en el interior mientras la luz se apagaba – te tengo– dijo para su adentros el pelimorado guardo los binoculares en su saco y se colocó su máscara sobre su rostro para acercarse al edificio subiendo por las escaleras de incendio con el sigilo que con el que lo conocían hasta llegar a la ventana, con su fiel Belinda logro abrir la ventana logrando acceder al lugar.

Bonnie *POV* mmm, tiene buen gusto. Concéntrate a lo que vienes vamos

Bonnie fue camino a la recamara principal, entro con sumo cuidado y vio un bulto en la cama, saco su navaja y como dijo no le temblaría la mano se acercó con sigilo, levanto su navaja en el aire y la clavo varias veces la navaja en el bulto de la cama cuyas sábanas blancas poco a poco se teñían de rojo más y más, algunas gotas manchaban a Bonnie pero eso no lo detenía, Bonnie estaba cegado a esto, casi se sentía como algo pasional, al terminar él estaba completamente exhausto cuando recobro la conciencia dejo caer su navaja al piso.

Bonnie – n-no puede ser ¿q-que hice? no ¿p-porque lo hice? no puede ser... (Se aprieta el pecho) ya he matado a muchos antes ¿p-porque? (cae de rodillas) ¿Por qué me siento así? no... Bon... mi amor ¿Qué hice? ¡¿QUE MIERDA HICE?!

Las lágrimas de Bonnie comenzaron a desbordarse de sus ojos

Bonnie – *sniff* no, ¿Qué he hecho? (se tapa la cara) *sniff* ¿Qué he... ah?

Bonnie sintió un aroma raro, era dulce, volvió a oler su mano manchada y se percató que de ahí salía la fragancia.

Bonnie – ¿esto... no es sangre? ¿Esto es? (lo lame) ¿granada? ¿Pero qué?

Bonnie se levantó y quito las sabanas de la cama los bultos eran cobijas y almohadas llenas de semillas de granada.

Bonnie – ¡¿pero que mier...?! ¡Ah!

Un golpe en el cuello lo hicieron colapsar sobre la cama.

Bonnie poco a poco se fue levantando, todo estaba en casi penumbras solo estaba iluminado con la luz de las velas y una suave melodía de fondo.

Bonnie – mmm ¿pero qué paso...? ¿Eh? ¡¿QUE ES ESTO?!

Bonnie estaba esposado por las muñecas y encadenado a la pared.

Bonnie – ¡¿PERO QUE MIERDA?!

Bonnie trato de zafarse pero las cadenas no lo permitieron.

Bonnie – ¡¿pero qué chingados?!

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