21. Sorpresa

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—Buenos días, amor—me despertó dándome un beso en la frente.

Me queje un poco para acomodarme, —buenos días, amor.

—bueno cielo, hoy es un día importante, te hice una cita en el salón para que te pintes tu cabello y arregles un poco.

—¿qué?—pregunte un poco adormilada.

—Si, en una hora tienes que estar allá.

—¿De verdad?—pregunte un tanto enojada desde la cama, —pensé que pasaríamos mi cumpleaños juntos. ¿no por eso me hiciste la cita en el salón?

Se acerco a zancadas, —Lo siento cielo, pero esta vez no podrá ser—me abrazo. —Te veré en la casa cuando vuelva.

—Si—susurré.

Escuche como salió de la casa, su llamado era a las ocho y eran las siete así que tenia que correr para lo que fuera que le iban hacer.

Me mire al espejo, —¡Genial!, otro cumpleaños sola.

Pensé que quizás con novio los cumpleaños serian diferentes, quizás una cena romántica, un paseo en la playa, o bueno por lo menos cenar en la casa o viendo una película.

Estaba a punto de quitarme el maquillaje y ponerme el pijama cuando mi teléfono sonó.

De: GS
Pasamos por ti en diez minutos
Más te vale estar lista

Yo:
¿De qué hablas?

De: GS
¿Pensaste que te dejaríamos pasar sola tú cumpleaños?

Yo:
¿Cómo sabes que estoy sola?

De: GS
Ayer en el hospital me dijeron que Austin estaría con Jimmy Falcon

Yo:
Aquí los espero

—Que empiece la carrera—puse todo el armario de cabeza buscando algo que se viera bien para celebrar mi cumpleaños.

Estaba terminando de ponerme labial cuando afuera de la casa ya estaba sonando la bocina.

De: GS
¡SAL!

Correr con tacones era bastante difícil, ahora con eso bajar a la planta de abajo con el nerviosismo de que mis amigos fueran a despertar a los demás vecinos y termináramos en la cárcel por el ruido.

—¡SHHH!—salí haciéndoles señas, —¡Cállense!—abrí la puerta.

—Excelente, ya nos podemos ir—la voz de las chicas se escucho en la parte de atrás, —¡Feliz cumpleaños hermosa!

—Gracias—solté un beso al aire.

—vámonos que se nos hará tarde para tu sorpresa—las chicas me hicieron espacio y Gabriel acelero a fondo.

—¡Gabriel, queremos llegar vivos!—gritaron las chicas.

—Tranquilas—giro un poco la cabeza, —llegaremos, aunque quizás no vivos—acelero más.

Las tres parecíamos muñecas de trapo en la parte de atrás, de un lado al otro, casi chocando con los asientos cada vez que nuestro distraído chofer frenaba de golpe, y claro que, si llegamos, aunque con varios sustos y posibles choques por culpa de Gabriel. Jenny bajo del carro con ganas de golpear a su futuro prometido, Liz intentaba acomodarse su ropa y limpiarse el maquillaje que se le corío mientras "intentaba" maquillarse.

—¿Un cine?—pregunto Cris mirándonos con una ceja arqueada.

—¡Si!—se colgó de nuestros hombros, —será divertido, pensé en recrear una de nuestras primeras salidas juntos.

Mi novio es el ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora