Cien Años | TAEGI

Único

Un joven Min Yoongi se miraba al espejo mientras acomodaba su cabello, su cita estaba esperándolo.

Bajo las escaleras de su edificio y salió del mismo, la gente pasaba y el motor de los carros resonaba, un día normal en el año de 1953.

Miro su reloj, 16:24 marcaban, aún llegaba a tiempo.

El restaurante que habían elegido ambos semanas atrás era bastante lindo y reconfortante, un buen lugar para una pareja que iba directamente al matrimonio.

Kim Soojin, era su prometida desde que tenia memoria, sus familias lo acordaron y el tenía una buena amistad con la chica, sin mencionar a su mejor amigo que...

—Oh, lo siento, mis disculpas.—escuchó una voz familiar y sintió un cuerpo chocar contra él.

Levantó su mirada, no pensó toparselo tan pronto.

—¿Tae?—su voz dependía de un hilo.

El menor levantó la mirada hacia el pálido y todos los recuerdos invadieron su mente sin permiso alguno.

Las noches llenas de caricias, los besos prohibidos y abrazos llenos de su aroma.

—Yoon...—le devolvió, de alguna manera, el saludo.

Los ojos de ambos brillaron, parecían dos estrellas brillantes en una noche azulada. Eran incapaces de decirse una sola palabra, pero en silencio se decían todo.

Anhelaban de su compañía.

—¿Vas a la cita con mi hermana?—cuestionó.

—Emm, si.—el ambiente estaba un poco, incómodo.

Por un segundo, el juicio de Taehyung se vio nublado y tomó el brazo de su amado, orillandolo a un callejón que apenas tocaba la luz de día.

—¿Q-qué haces?—Yoongi sabía que ambos no podían estar el uno sin el otro, pero no era correcto.

—Yoonie, te extraño tanto y yo...

—Pensé que tu padre te había mandado a la militar.—rió con desgano—Seguí con el compromiso porque pensé que no te volvería a ver.

—Yoon, lo siento tanto.—se disculpó desde lo más profundo de su pecho y logró juntar su frente con la del pelinegro—Escapemos, por favor.

—¿En serio? ¿Ahora?—le miró incrédulo—Estoy a dos semanas de casarme con tu hermana, Kim.

—No tienes que hacerlo.—suspiró—Ella no te ama, Yoon. Está con alguien más.

El pálido abrió los ojos sorprendido y no por el hecho de que Soojin estuviera en una relación con un tercero, sino porque pensaba que al menos uno en el matrimonio sería feliz.

—Bueno, tampoco es como que nosotros seamos inocentes.—sonrió

—¿Tienes la carta?—interrumpió dudoso.

—¿Esa carta?

—Esa carta.

—Van a encontrarnos, Taehyung.—puso una mano en el pecho del contrario y logró alejarlo un poco—Ambas familias tienen gran peso en la sociedad, van a encontrarnos y matarnos, lo sabes muy bien. Esto no es correcto.

—¿Me amas?—cuestionó el moreno.

—Sabes que lo hago.

—Entonces no dudes, toma esa carta y dasela a Soojin.—tomó su rostro en ambas manos y planto un suave beso en sus labios—Estaré esperándote en la estación, no necesitas empacar nada.

Compartieron una sonrisa cómplice, escaparían y serían felices sin reproche alguno.

Yoongi corrió tanto como pudo de vuelta a su edificio, sabía de memoria donde estaba guardada la carta que hace tanto tiempo había escrito... un cúmulo de oraciones en donde confesaba su amor a Kim Taehyung desde que era unos adolescentes y como este era recíproco.
Salió nuevamente de su edificio, pero esta vez con la sorpresa de que Soojin estaba frente a él.