20 de Julio 1967
Estimado Thomas
Hola, ¿cómo le va? Hace tiempo que no se nada de usted, tampoco he recibido respuesta de mis anteriores cartas desde que se fue a la ciudad, entiendo que pueda estar ocupado con la mudanza y su trabajo, sin embargo ya ha pasado un año, comienzo a creer que hay un problema en el correo y no me han llegado sus respuestas, o tal vez he escrito la dirección equivocada.
¿Recuerdas las tardes que pasábamos en el lago? Era mi parte favorita del día, charlar durante horas sentados junto a la sombra del árbol y rodeados por la privacidad de los montes, cuando la noche comenzaba a asomar, acercarnos, tomar nuestras manos, acariciarte, sentía que mi corazón escaparía de mi pecho, pero ahora, aquellos recuerdos se empiezan a ver lejanos, tal vez sea la distancia; pero esta semana se ha estado rumoreando en el pueblo sobre tu boda; quiero creer que es mentira, me dijiste que odiarías casarte joven, querías viajar, divertirte, ser libre, por eso te fuiste, por eso me dejaste. ¿Aún me amas? Yo sé que es una tontería jurar amor eterno, pero yo te creía cuando lo hacías, sabía que me amabas, pero ahora que estás ignorando mis cartas, creo que no fue cierto. Espero al menos leas esta carta y por fin me digas, que ya no me amas, lo necesito para dejar de aferrarme al recuerdo de una noche en el lago llena de susurros, delicadeza y melancolía.Felicidades por tu matrimonio.
Mars