[único]

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Ser líder era un papel que había pedido tener, ya que fue una decisión que él mismo tomó después de meditarlo mucho. El motivo que era público y constantemente repetía para todos, es el que se centra en ayudar al crecimiento personal, grupal y artístico de sus compañeros. Pero eran pocos quienes sabían que su verdadera razón para serlo, o por lo menos para aceptar el cargo desde un inicio, era de lo más egoista. La verdad es que quería probarse así mismo que podía con una labor complicada en la que se involucra a terceros. 

Pero mentiría si dijera que no pensó en dejar el puesto de líder para ser solo un miembro más, porque en varias ocasiones ese pensamiento pasó por su mente. Trataba de no darle vueltas al asunto, y de no encontrarle razones, pero aunque se negara, los motivos por los cuales quería dejar de ser líder se volvían demasiado fuertes como para ignorarlos.

En primera, porque se sentía como un completo egoísta, pues era consciente de que él estaba siendo lider por su bien personal y la satisfacción de su ego, lo cual le había atormentado desde el debut. Más ahora, se podría decir que esa razón dejó de tener vigencia en su cerebro, porque realmente no estaba siendo egoista, le había tomado el suficiente cariño a sus miembros como para seguir soportándolos después de tres años de debút.

A este punto, era todo mucho más complicado, pero seguía haciéndo su mayor esfuerzo por el bienestar de su grupo, aunque a veces sintiera que no servía de nada.

Es que los miembros, en especial los menores, eran... difíciles. De no ser por su alta altura y contextura gruesa, la gente que tratáse con ellos, pensarían que eran niños por su manera de actuar.

Y era él, quien tenía que cuidarlos, con mucho gusto, cabe recalcar. Sin embargo, también con mucho cansancio. Aparte de lider, al parecer se tenía que ver haciéndo otras labores que no le correspondían para que sus irresponsables compañeros puedan estar a salvo.

¿Cómo podría describir lo que era vivir con sus miembros? Día a día era como un dejavü, como si cada bendito momento fuera la repetición del anterior. Todo el tiempo tenía que encargarse de que comieran toda su comida y que no hicieran un desastre en la cocina, porque no podían prepararse un platillo sin causar problemas. Después existían problemas mucho más increibles dado a la facilidad con la una persona normal podría evadirlos; como perderse en las calles, o como levantarse temprano en la mañana.

Tal vez se había confundido. No, no era lider, era una jodida niñera.

Su pensamiento inicial al aceptar el cargo se estaba en caida, bueno, hace mucho que se habia caído ya.

¿Cómo era posible que chicos tan irresponsables como Kai, Beomgyu y Taehyun, pudieran si quiera intentar madurar? Eran unos desconsiderados, desordenados que no hacían nada productivo con su tiempo libre.

Igual ¿qué podría hacer él? únicamente aceptarlos. Puede que sean unos completos idiotas, tontos y estúpidos, pero eran sus compañeros, al fin y al cabo.

Así que, basándose en las experiencias vividas, y en su situación actual, sí, le había salido el tiro por la culata. Y no, no estaba fortaleciendo su ego, dia a dia lo pisoteaba.

Suspiró abriendo la puerta del departamento que la empresa en la que trabajaban les compró a los cinco para vivir; acto seguido, los tres menores del grupo corrieron dentro de el mientras tiraban en el piso sus abrigos.

Esa vez, había tenido que recorrer media ciudad para poder recogerlos en un restaurante que acababa de conocer en ese momento. Aparte de vender comida marina, también tenían guardias de seguridad enormes que golpeaban a diestra y siniestra. Se acababa de enterar de lo último y el dolor en su ojo y pómulo izquierdo, lo confirmaban.

Al entrar y ver a sus miembros seguir con su vida normal, quiso decirle algo a los tres, como reclamarles por ser unos descuidados al salir sin saber a donde. Pero ya no se esforzaría ni gastaría saliva en tratar de que recapacitaran, sería totalmente inútil.

Ellos no cambiarían, por lo menos en un buen tiempo, y ya se había acostumbrado a la idea. Aunque las pocas horas de sueño y los golpes que normalmente recibía por defender a sus menores dolían, jamás se cansaría de quererlos como eran. Se consolaba diciendo que por lo menos eran ellos mismos, y no se dejaban contaminar la esencia.

Así que optó por simplemente desearles buenas noches, y dirigirse al cuarto que compartía con el mayor sel grupo. Sonrió cuando la primera imágen que sus ojos captaron, fue a Yeonjun durmiendo muy tranquilamente con varias capitas de mantas encima.

Ay, su querido Yeonjun. Ese adorable muchacho, era su novio desde antes del debut, y era también, su único apoyo siendo líder. Yeonjun era probablemente la única persona en su vida que le daba la suficiente fuerza para hacer que siga adelante sin importar los problemas.

Y ahora que lo pensaba, ¿cómo podría describir lo que sentía por él?

Era como todo, como el inicio y el final, como el frío y el calor, era directamente todo. Era el beso de buenos días y también el abrazo en media noche. Yeonjun era puro y era limpio, era calmado y tranquilo. Yeonjun es la persona más hermosa de todo el universo. Yeonjun era todo lo que estaba bien en su vida, así de simple.

Ama lo que provoca en él, ama la sensación que tiene en su pecho cada que lo ve sonreír, llorar o enojarse. Cada pequeña expresión corporal, cada pequeño detalle de su existencia era perfecto, único e inigualable; era imposible no sentirse atraido por todo lo que Yeonjun significa. 

Yeonjun lo ayudaba a ser mejor, le daba un motivo por el cual ser mejor persona, y aunque, la necesidad por protegerlo y proteger al resto de miembros era la misma, Yeonjun seguía siendo lo más especial para él.

A veces se preguntaba lo que sería de él si su novio no estuviera a su lado. ¿Qué sería de él, si no tuviera la fuerza que le otorga? Y la respuesta siempre era la misma: no habría podido con si quiera la tarea de ser un idol. Es que para él, y bajo su punto de vista, le debía su carrera a su chico de lindos labios y ojitos juguetones.

Podría jurar que si los milagros existiesen, se verían como Yeonjun, olerían como Yeonjun y se sentirían como Yeonjun. Por lo que le gustaba pensar que Yeonjun era un milagro que un ser superior le otorgó.

Nadie más que los tres miembros de su grupo sabían de su relación con el mayor, pero él estaba preparado para confirmarla ante el mundo entero de ser necesario.

La verdad, solo estaba agradecido. Muy agradecido con su novio. En primer lugar, por estar con él apesar de sus muy marcados defectos. Y en segundo lugar, por ser su soporte.

Él creía en el destino, y sabía que incluso más allá de las palabras, días y años; Yeonjun seguiría siendo suyo por mucho tiempo más.

GEMAH LIN 에 SOOJUN (✫)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora