Capítulo 1

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El cielo había oscurecido y en el se podían apreciar cientos de estrellas brillando, en aquel frío día de invierno sentada frente a la gran fuente que había en el jardín una pequeña niña veía con anhelo los dulces destellos que adornaban la noche pensando en las probabilidades que tenía sobre tener alguna de ellas en sus manos. Sus ojos brillaban como dos esmeraldas bajo el cielo nocturno, había poca iluminación  brindada por la tenue luz de la luna y se sentía una brisa fría.

En aquel momento su padre la observaba desde la puerta de su casa, estaba tan concentrada que ni siquiera notó el momento en que él camino hacia ella y llegó a su lado.

—Son hermosas verdad—dijo tomando asiento junto a su pequeña hija

—Sí, bastante. Papá, ¿crees que pueda tener alguna de ellas una vez en mis manos?—preguntó con entusismo volviendo su mirada a él con sus ojos brillando de alegría.

Su padre no le contestó al momento, parecía pensar en lo que le diría a su pequeña y después de un momento razonando la miró con una sonrisa, ella lo veía con curiosidad esperando la respuesta a su pregunta.

—Eso es imposible—dijo al paso de un minuto—, me gustaría decirte lo contrario pequeña Sakura, pero no puedo mentirte, lo siento.

Pudo ver la desilusión en su mirada, y como volvía a mirar hacía el cielo con anhelo, esa acción le hizo recordar a su difunta esposa, la cual siempre hacía ese tipo de preguntas llenas de inocencia y de la ilusión y alegría de un niño pequeño.

Había pasado tiempo desde la última vez en que habia estado a su lado contemplando las estrellas y haciendo todo tipo de preguntas con aquel entusiasmo que la caracterizaba. La última noche en que juntos habían visto la tenue luz de la luna con las estrellas adornando el cielo fue el día en que Sakura cumplía 1 año.

Sin darse cuenta un par de lágrimas cayeron por su mejilla y sólo pudo notarlas al sentir unas cálidas manos tomando su rostro mientras las limpiaba.

—No estés triste papá, yo no lo estoy. No importa si nunca podré tener una entre mis manos me conformo con verlas brillar, es mejor que estén juntas, así se ven mejor.

La miró con dulzura y sonrió tomandola entre sus brazos.

—Creo que es mejor que volvamos adentro, esta comenzando a hacer más frío— la pequeña asintió y se abrazó al cuello de su padre mientras éste se levantaba sujetandola para evitar que cayera.

Ambos ingresaron a la casa sentándose en la sala donde su hermano Touya los esperaba con 3 tazas de té y galletas servidas sobre la mesa.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2022 ⏰

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