Pétalos de mi corazón

•Capitulo 4•

James•

Ya era el siguiente día, estaba listo para recorrer la cortina que nos dividía a mi y a la chica, estaba lleno de curiosidad de saber cómo era, a pesar de todo lo que el chico me había comentado, no había mencionado nada sobre su físico.

No había podido dormir durante toda la noche, la curiosidad me estaba matando, quería de una vez por todas recorrer esa cortina, no sabía que me lo impedía, llegue a pensar que era el miedo de lo que sea que me pudiera encontrar al otro lado, eso era bastante lógico para mi pero aún así estaba muy ansioso.

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—¿Hola? ¿Hay alguien al otro lado?— me atreví a preguntar, estaba solo y si no había respuesta del otro lado no iba a quedar en ridículo.Para mi sorpresa si obtuve una respuesta.....

—Si~~~......—era una voz muy suave, al parecer no me iba a quedar en ridículo. 

Después de escuchar la voz, me decidí a recorrer la cortina de una vez por todas pero no me imaginaba la sorpresa que me iba a encontrar......

Oh vaya, era una chica preciosa, parecía de mentiras, su belleza era impactante, era tan bella como una rosa o no, miles de rosas juntas, ¡su belleza era indescriptible!

—Wow, eres bastante linda— y no mentía, era una mujer hermosa.

—¿Deberas? Que bien, muchas gracias por el comentario— escuche eso y me sorprendí, ¿acaso solo me había dicho eso? Todas las demás mujeres que yo conocía se empezaban a alagar a ellas mismas, lo cual era bastante molesto de su parte.

—Si, deberas eres una mujer muy hermosa— comenté, seguía sin poder describir su belleza aunque fuera de todo eso había algo más, algo que distinguía en ella, algo muy notorio en su apariencia....

—¿puedo hacerte una pregunta?—

—supongo que si....—

—¿Por que tienes tapada la cabeza?— esa duda me tenia muy extrañado, no le veía sentido a porque tenía esa cosa tapándole el cabello.

—Esa es una pregunta muy singular jajaja lamentablemente es algo que no puedo responder— dijo para después darme una sonrisa y luego encogerse entre  hombros para soltar una pequeña risita.

—¿En serio no me vas a decir?—

—Nop, claro que no—

—Que mala—

La chica sin duda ya no me había caído tan bien, ¿cómo ni si quiera se tomo la molestia de explicarme por qué tenía tapada la cabeza? No le costaba nada darme una explicación, ni si quiera necesitaba darme tantos detalles.

La chica solo soltó otra pequeña risita antes de acurrucarse y acostarse de nuevo en la cama para tomar una siesta.

¿Que estaba pasando? ¿¡Acababa de amanecer y ya se iba a dormir de nuevo!? Que tipa más rara, ahora entendía porque tanta rareza y porque nadie le hablaba, era muy reservada.

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Estaba en el desayuno y la imagen de la chica solo no desaparecía de mi cabeza, no podía comer a gusto por solo pensar en la chica, me había quedado pensando en lo que había dicho,  nadie se juntaba con ella "tal vez por eso es tan reservada" me dije a mi mismo, empecé a darme cuanta que quizás no habíamos empezado con el pie derecho, yo ya había llegado con la idea de que era una chica rara y muchas cosas más que las demás personas me habían dicho pero yo no me tome el tiempo de conocer a la chica de una mejor forma, un movimiento muy egoísta de mi parte, había juzgado a alguien que ni si quiera sabía como era.