Capítulo XVII

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Ver a Camila, sentir su piel y sus besos hizo que Lauren sintiera invencible, estaba dispuesta a lo que fuera por sacarla de ese infierno, no le importaba quedarse sin trabajo o hundir a ese hombre que creía intachable, en parte, por su culpa estaba pasando todo eso, gracias a él, los Mahone se creían intocables y poderosos. 

Al día siguiente de encontrarse con Camila, se dispuso junto a su equipo más confiable a reunir las pruebas contra Mahone y Cabello, no había nada que pensar ni esperar, el momento era ahora y darle más largas al asunto era dejar que Camila fuera maltratada y abusada a gusto del chico Mahone, era algo que no podía permitirse, sentía el dolor de Camila, la quería y eso ya estabas mas que claro para ella. 

El asunto estaba complicado, alguno de los chicos que la estaban siguiendo en eso temían por sus puestos de trabajo, estaban hablando de entregar a uno de los inspectores más poderosos de todo el cuerpo policial, tenían que estudiar todo con cuidado y no cometer errores si querían mantenerse como estaban o de lo contrario perderlo todo. 

La noche llegó y con ello una inspectora cansada revisando documentos, miró su reloj y eran exactamente las doce de la noche, movió su cabeza para aminorar el dolor que sentía en el cuello y decidió que era todo por hoy, mañana temprano seguiría con las investigaciones y le establecería el plan final, tomó sus cosas y entro al ascensor que la llevaría hasta la zona de parking en donde se introdujo en su auto y salió del lugar. 

Lo que la inspectora no había notado era que, desde la tarde una camioneta estaba acechando a las afueras de la comisaría, esperando que cierto audi saliera del lugar, cuando ambos hombres que abordaban notaron que la inspectora Jauregui por fin dejó el recinto, encendieron el motor y salieron a toda marcha detrás de ella, el cometido era claro, desaparecer a la mujer que estaba detrás de los negocios, la verdad era que Austin no lo hacía porque su esposa tuviera una aventura con la mujer, lo hacía porque se trataba de una inspectora bastante conocida del cuerpo policial, una mujer que por lo que tenia entendido no era de dejarse sobornar y que en cualquier momento guiada por los sentimientos hacia la joven Cabello, investigaría un poco más y resultaría un gran peligro, pero lo que el chico no sabía era que, eso ya estaba pasando, Lauren sabía todo y tenía un plan perfecto para derribar el imperio que estaban construyendo. 

Lauren era una mujer bastante precavida y astuta, pero particularmente esa noche y por el cansancio que la estaba arropando no pudo percatarse de lo que se avecinaba, al entrar en un túnel fue que pudo notar que un coche se encontraba muy pegado a ella y le hacía cambio de luces, la situación no le dio buena espina por lo que tomó su móvil para informar, pero no le dio tiempo, el coche le pego fuertemente por detrás, haciendo que su móvil cayera lejos de su alcance, como pudo rápidamente saco su arma de la guantera, abrió el vidrio y soltó un disparo al aire, pero nada de eso ahuyentó aquellos extraños hombres quienes tomaron nuevamente la acción del choque y esta vez con más fuerza, Lauren apretó el acelerador para poder alejarse de ellos, quienes al instante hicieron lo mismo y esta vez fueron con todo a hacia ella, llegando a impactarle nuevamente haciendo que la inspectora perdiera el control del auto y diera varias vueltas, la camioneta en la cual iban los hombres tenía un fuerte y duro parachoques que hizo que el auto de Lauren quedará totalmente destruido en la parte de atrás por el impacto, y aunado a eso, por las vueltas no quedó mucho de él en el resto , si la inspectora sobrevivía aquel aparatoso accidente era por un milagro del cielo. 

Uno de los hombres se bajó de la camioneta y fue rápidamente a verificar que habia cumplico con lo que se le había encomendado, dándose cuenta al llegar que la inspectora aún vivía e intentaba completamente cubierta de sangre, salir del auto. 

-De parte de Austin Mahone inspectora Jauregui, para que no se meta con mujeres comprometidas - le dijo antes de sacar su arma y propinarle un disparo. 

La poca fuerza que aún quedaba en Lauren se apagó de golpe, ya no sentia dolor, ya no sentia tristeza ni desesperacion, todo era oscuridad ahora. 

En la mansión de los Mahone, Camila se sentía inquieta, algo en ella no la dejaba en paz esa noche, le dolía el pecho y no entendía porque, bajó a pedir que le prepararan un té de tila y luego subió a su habitación para leer un libro y calmar la ansiedad, no pasó mucho cuando su esposo hizo acto de presencia en la habitación, ésta al sentirlo llegar no se tomó la molestia ni de mirarlo, así era que pasaban el rato, ignorándose el uno al otro, pero esa noche en particular Austin llegó de buen humor, sirviéndose una copa de vino y acercándose a ella con una sonrisa. 

-¿Qué lees, amada esposa? -le preguntó con interés. 

-No te importa - le respondió sin mirarlo y de mala manera. 

-Ah, por el nombre suena interesante - le dijo con gracia. 

-Déjame en paz Austin - le pidió la chica. 

-Si, a partir de ahora te dejare en paz, creo que ya no hay nada que puedas hacer que realmente me moleste.

La chica alzó su rostro sin entender a qué venía aquello, dejó su libro en la mesa de noche y le presto atención, necesitaba saber a que se refería. 

-¿Qué quieres decir con eso? 

-¿Recuerdas lo que te dije si seguias viendo a la inspectora? - le preguntó, sirviéndose un poco más de vino. 

Los nervios de Camila empezaron a salir y su corazón a latir con fuerza en ese momento, claro que recordaba su amenaza, era su mayor temor ahora. 

-Austin - le dijo, cerrando sus ojos, orando porque no fuera lo que estaba pensando. 

-Así es querida esposa, tu inspectora ya no será un problema entre nosotros, te lo advertí, te dije que si seguías con tu aventura ella iba a pagar las consecuencias, me imagino que entre hoy y mañana sacaran la noticia de su muerte por las noticias, mi mas sentido pesame "camz" - le dijo, en forma de burla. 

Camila se levantó de golpe de la cama, sintiendo que todo le daba vueltas, de un momento a otro su respiración se sintió pesada y sus lágrimas corrieron como cataratas desbordadas por sus mejillas, sentía un dolor muy fuerte en el pecho, su Lolo, su Lolo no podía estar muerta, sin ella su vida ya no tendría sentido. 

-¡MALDITO! - le gritó, abalanzándose sobre él y propinándole fuertes y repetidos golpes en el pecho. 

 El chico la tomó con fuerza y le plantó un puñetazo que la dejó inconsciente en el piso. 

-¡Ah, maldita sea! - gritó con frustración al ver lo que había hecho -lo que me obligas hacerte Camila, ¡Joder!. 

Una Bala Directo al Corazón - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora