Xue Yang solo es un chico de 21 años que perdió la vista tras un accidente vial.
Sumido en su nuevo mundo sin luz, llega a conocer a Song ZiChen. Quién le hace saber que, tener unos ojos sin luz no es del todo malo.
✨ Los personajes no me pertenecen...
La sensación de quedar ciego no es algo de lo que muchos podrían disfrutar. Tampoco nadie toleraría quedarse de esa forma, una vez que terminas sin luz. Los deseos de acabar con tu vida aumentan, más y más con el pasar del tiempo.
Sabes, antes tenía vista. Mamá me decía que ser un rebelde no me llevaría a ninguna parte, ¡y rayos! Cuanta razón tenía.
Mi nombre es Xue Yang, en aquel entonces se me hizo fácil tomar las llaves de mi motocicleta y perderme en la velocidad de ella. Aún recuerdo los hermosos paisajes, que temo con el tiempo desaparezcan de mi mente. Estoy casi seguro que olvidaré hasta el rostro de mi madre o mis amigos.
Claro, vivir entre tinieblas no estaba en mis planes futuros. Pero la vida es… la vida te pone en su lugar en el momento menos pensando.
Si tan solo pudiese saber lo que pasaría en mi futuro, ¿algo habría cambiado? Conociendo lo terco que soy, lo estoy dudando demasiado. Quizá tengo muy merecido eso que me ocurrió.
El accidente tuvo hechos hace 5 años atrás, tan solo tenía 16 años. La gente me dice que casi fue un milagro que siguiese vivo, se supone debí haber muerto en aquella accidente. Pero amortigüe la caída sobre un auto al que se quebró su parabrisas, incrustando pequeños pedazos de vidrio en mis ojos. Fue así que, me quedé ciego de por vida.
A veces, me pregunto si ese fue un castigo divino. Probablemente Dios decidió que tenía que sufrir mi penitencia de aquella forma, ciego, si alguna luz de por medio. Condenado a vivir en la oscuridad.
Hubo algunos momentos en los que pensé no podría vivir de ésta forma. Intente suicidarme de miles de formas, pero mi madre y amigos, me dieron la fuerza para resistir aquello. Porque claro, yo no estaba solo peleando contra ello. También mi familia y amistades debían lidear cada día con mi nuevo mundo. Casi siento la lastima encima de mí. Por eso rechacé a varios de mis amigos y hoy en día jamás volví a saber de ellos.
Estoy casi seguro que siguieron sus vidas, al igual que yo por un camino diferente.
¿Pero quién los necesita? Bueno, no quería mentirme a mi mismo. Los extrañaba con cada año que pasaba, pero ya no hay vuelta atrás. Debo dejar el pasado enterrado en el pasado. De lo contrario jamás podre avanzar y seguir con mi propia vida.
Al menos lo que más me alegra de ésta situación es que pude crecer como un buen ser humano. Ver el lado bueno de eso, me llenaba de gran satisfacción. Mamá ya no tendría porque llorar en las noches preocupada sobre si volveré vivo o no.
Puedo con ello causarle un gran alivio, pero eso no quita el hecho de que soy ciego y en los primeros años le gustaba sobre protegerme demasiado. Fue entonces que le demostré como podría ser independiente por mí mismo. Ser ciego no impide tener una vida normal o tener un paseo en la acera aunque ya no pudiese ver más el atardecer.
