🐺ଶ

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Verde. Una mezcla de diversos tonos de verdes se abren paso ante sus ojos cuando los abre.

La hierba alta se eleva unos diez centímetros del piso, tan recta y a la misma altura que lucen como miles de soldaditos formados en hileras y columnas. En conjunto desprenden un efluvio tan fresco y aromático que le invitan a despertar por completo.

Jimin parpadea con lentitud dos veces más, extiende las palmas de sus manos lentamente recibiendo una textura rasposa y rugosa misma que también se hace evidente en tu mejilla izquierda. Visualiza la hierba frente a él y luego inclina la mirada hacia abajo en busca de su mano, solo así descubre que esa sensación en su piel es producida por el contacto de la hierba que yace bajo de él, su mejilla da de cara contra el suelo siendo esa la razón de que también sienta la rugosidad ahí.

Presiona sus manos contra el suelo, e inhalando profundo se impulsa elevando el torso e incorporando la mitad superior del cuerpo.

Obtiene un golpe de color al elevar la mirada. Todas aquellas tonalidades verdosas que se exhibían orgullosas ante él, meneándose como serpientes debido al viento son desplazadas de su foco de atención por un intenso color rojo. Este se desprende de las hojas de los cientos de arces que cohabitan en el espacio en el que esta. Los imponentes árboles se elevan por los cielos, uno a lado del otro y cientos más detrás de ellos distribuidos intercaladamente. De hecho, no parece existir un final, pues entre más mira hacia el fondo más y más árboles de hojas rojizas aparecen en su campo de visión. A los costados, incluso detrás de él, solo es capaz de ver rojo.

Un rojo tan intenso, tan deslumbrante y absorbente que en segundos eclipsa al albino. Jimin se pierde en el color como un oso que descubre miel por primera vez. Un oso que absorto en el olor tan delicioso no es capaz de vislumbrar las cientos de abejas dentro del panal dispuestas a defenderse.

Es así como mientras la intensidad del rojo fluye en espirales pintando sus iris grises en destellantes rubies, y dilatando la pupila, Jimin se pierde. A los árboles parecen crecerles pies, sus raíces los hacen moverse provocando que el pequeño circulo de pasto en el que se encuentra se vaya encogiendo. Las hojas rojizas se hacen más grandes de lo que ya son, y se mueven en contracciones de manera presurosa, como si estuvieran chupando su energía vital sin intenciones de desperdiciar una gota. Es tanto el poder del color anonadando sus sentidos que un golpe interno en el estómago que tira de sus viseras dolorosamente es lo que le obliga a bajar el rostro en busca de la hierba, en un desesperado intento por demostarle lo que está sucediendo.

El verde simboliza tranquilidad y calma, el verde es la naturaleza, asociado a la tierra, y la tierra en si no es otra cosa más que el conducto a uno mismo.

El verde también le recuerda a Yoongi. A sus intensos y radiantes ojos, y para él, Yoongi es sinónimo de serenidad. Así que se abraza a esa sensación, al calor que el cuerpo contrario le brinda cuando está en sus brazos y a las caricias que calientan su piel proporcionándole seguridad. Solo así, es capaz se apaciguar el dolor ocasionado por ese tirón en su interior, a la vez de regresar en sus sentidos.

¿Dónde está? Es la pregunta que brinca a sus pensamientos

No hay bosques con arces en Daegu, ni tampoco que contengan hierba tan alta. Además, no es capaz de percibir ruido alguno más que el tenue roce de las hojas rojas entre si cuando el viento las mueve, lo cual es una completa señal de que no hay vida animal cerca.

Decide que no puede seguir sobre el pasto, no ha podido apreciar el cielo con plenitud, pero la iluminación natural no es precisamente fuerte, indicando que o está por oscurecer, o puede que comience a llover. Sabiendo que la única forma de moverse implica volver a encarar ese engañoso color y peor, internarse entre los árboles que lo poseen toma una profunda bocanada de aire, alentándose.

Alma De Dragón 🐉《ʏᴏᴏɴᴍɪɴ》 《ᴋᴏᴏᴋᴠ》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora