XVI.

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¡Fush!

Elevando su mirada, Shikamaru observó una enorme sombra cayendo directo hacía el.

- ¡Problemático!- se quejó el pelinegro dando un salto hacía un costado.

¡Swiish!

La sombra impactó contra el suelo en el anterior lugar donde Shikamaru se encontraba.

- ¿Qué pasa? Te están dando una paliza...- mencionó casi burlón el pirata con peinado de piña a la persona caída.

¡Stup!

Zaraki escupió.

- Solo son piquetes de mosquito- respondió el grandulón levantándose del piso de un movimiento.

El peinado característico de Zaraki, mechones parados atados con pequeñas campanillas, se habían desarmado dejando su cabello caer libremente hasta la altura de sus omóplatos.

- ¿Seguirás jugando? ¿O te pondrás serio?- interrogó Shikamaru encendiendo un cigarro.

El pirata dio una larga pitada mientras a lo lejos se oían los sonidos de batallas derivados de la única pelea que quedaba, Sasuke y Akainu.

Al erguirse por completo, la altura de Zaraki intimidaba e imponía miedo. A pesar de su complexión física, no estaba tan musculoso dejando un cuerpo que a simple vista se podía ver flacucho. Sin embargo, allí entraba el dicho de las apariencias engañan.

Zaraki era el miembro de la tripulación más fuerte físicamente sacándole una enorme ventaja al resto.

Todo gracias a la sangre que recorría sus venas.

¿Cuál era la raza más fuerte en todo el mundo? Si se unieran en un enorme ejercito, ¿quiénes serían capaces de dominar el mundo?

Los gigantes.

Proveniente de Elbaf, Zaraki era mitad humano- mitad gigante heredando la fuerza monstruosa de estos últimos. Padre gigante, y madre humana.

Nadie sabia como una pequeña humana había quedado embarazada de un gigante. Ya saben... El tamaño no era el muy adecuado teniendo que ser anatómicamente imposible, pero había sucedido.

- ¡Ha... Ha... Ha...!-

Zaraki soltó una pausada risa.

Una sonrisa nació en su rostro yendo de oreja a oreja.

- ¡HAHAHAHAHAHHAHA!-

La risa se convirtió en una expresión desquiciada acompañada de un brillo rugiente y peligroso en su pupila.

- ¡Que divertido!-

¡Traaash!

De un tirón, Zaraki arrancó la parte superior de su vestimenta dejando su torso y espalda al descubierto.

Pequeñas cicatrices surcaban por su piel. La que más resaltaba yacía en la zona de su pecho. La herida de un sable que iba desde su hombro derecho hasta su cintura.

X~X~X

¡Fush!

¡Fush!

¡Fush!

Dio un par de volteretas en el aire.

¡Tack!

La katana se clavó en la firme tierra quedando alejada de su portador.

- Ni siquiera está presente para ver el final de su tripulación- mencionó Akainu.

Voluntad Heredada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora