En la ciudad de Madrid, todo seguía igual. Era verano y como era normal en esas fechas, todo estaba lleno de gente; gente comprando, gente en las terrazas y más y más gente. Por la Gran Vía paseaba tranquilamente Julia, con sus dos amigas de siempre. Ya empezaba a anochecer y se respiraba un ambiente de tranquilidad. Mientras tanto, en casa, Luís, su hijo, estaba jugando al ordenador a los videojuegos, gritando y enfadándose como si le fuera la vida. Pero, todo puede cambiar en un segundo.
Esa misma noche, esperaban a toda la familia para cenar. El comedor estaba como los chorros del oro. Una inmensa mesa con los mejores manteles y la cubertería cara. Y en la cocina una suculenta dorada al horno, preparada, por la abuela, una gran cocinera.
En todas las reuniones familiares, Luís parece que le cogen todos los males. Odia tener que contestar las preguntas de sus tíos "¿Ya tienes novia?", "¿Qué vas a estudiar?", "¿Ya ayudas a tu madre?", cada año las mismas preguntas, pero aun así le gusta su familia.
Los invitados fueron llegando. Besos, abrazos, muchos "¡qué grande estas!". Los primeros en llegar, fueron los abuelos, con sus respectivas parejas. Sí estaban divorciados, al parecer tuvieron una discusión fuerte, relacionada con problemas por una herencia, ya se sabe el dinero siempre crea problemas.
La pareja del abuelo, Jacinta, siempre le había caído en gracia a todos, era una mujer agradable, hacía muy buenos regalos, venía de una familia muy humilde, que pudo salir adelante gracias a ella y a una pastelería que regentaba. Sin embargo, Òscar, la pareja de la abuela, miraba a todo el mundo por encima del hombro, se las daba de ricachón y era un machista. "no sé como la abuela, no lo deja -pensaba siempre Luís"
Al otro lado de la ciudad, Emilio, el padre de Luís, salía de trabajar, era un alto executivo, estaba todo el día trabajando, había pensado en dejarlo miles de veces y buscar algo que le permitiese estar más tiempo con los suyos, pero realmente no se atrevía. Con prisas, para llegar a la cena, cogió el coche, había bebido algo, ya que su jefe se casaba y estuvieron celebrando su despedida. Corrió un poco más de lo permitido, iba por la M-30, a toda velocidad, como si estuviera huyendo de alguien. Los coches le pitaban al pasar y él respondía con "cabrón", "mira por dónde vas", cuando el problema era él. Muchas veces llegaba a casa más bebido de la cuenta, Julia en parte lo entendía, pero día se sobrepasó. Tenía la música puesta al máximo, seguía corriendo, pero de repente, algo le hizo pegar un frenazo.
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Arbedus, el reino perdido. Parte Primera : El mundo de donde viene
General FictionDespués de una extraña desaparición, una familia tiene que volver al pueblo. Un pueblo a primera vista normal y aburrido, pero acecha un misterio que concierne a nuestro protagonista y cambiará su vida para siempre.