Capítulo 46

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Stephen's Pov

—Oye, Stephen. ¿Me estás escuchando?

Parpadeé varias veces, saliendo de mi trance al escuchar la voz de Christine a mi lado. Esta se había detenido y me miraba con una expresión de confusión mezclada con algo de gracia.

—Perdona, ¿qué decías?

—Nunca cambiarás, eh —negó con la cabeza, prosiguiendo la marcha por las amplias calles de Nueva York. Aquel día habíamos quedado para hacerme una consulta sobre un paciente con algunos problemas bastante inusuales. En ese momento volvíamos de tomar algo en la cafetería donde solía trabajar Avril antes de irse. 

Jim y Sophia al verme se alegraron mucho y hablamos un poco. En medio de la corta conversación preguntaron si sabía algo de su amiga. Parecían ligeramente entristecidos. Supuse que Avril no quiso contactar con ellos para no exponerlos al peligro. No pude mentirles, les dije que estaba bien pero que no podía decirles más, ya que no tenía información de su paradero. Intenté localizarla usando varios hechizos pero ninguno sirvió. El escudo protector que había creado era muy bueno, y no podía sentirme más orgulloso de ello a la par que apenado por la imposibilidad de cruzarme con ella de nuevo. Sin duda tenía talento.

No se me olvidaba el último momento que compartimos juntos. Y creo que nunca podré hacerlo. Con esos pensamientos persiguiéndome durante todo el día, supongo que Christine debió notar mi ausencia de espíritu.  

—Avril te tiene "hechizado" —bromeó cuando llegué a su lado.

—No descarto que lo hiciera —reí por lo bajo.

—Es probable, nunca te había visto tan enamorado. Bueno, nunca pensé que el gran Doctor Strange pudiera perder la cabeza por alguien de esta manera —vi su mueca de picardía.

—Ni él tampoco —susurré, dejando salir una sonrisa.

—Me alegro mucho por ti —me dio un leve apretón en el brazo y le agradecí con un asentimiento de cabeza. 

—Lo mismo te digo. ¿Cuándo me has dicho que es la boda con Charlie?

—Dentro de un par de meses. Tranquilo, aún tienes tiempo para comprar un traje adecuado —bromeó—. Y espero que no vengas solo. Ella me dijo que asistiría sin falta —guiñó.

—En ese caso tendré que preguntarle si me haría el honor de ser su acompañante.

—Creo que ya sé la respuesta.

—¿Ah, sí? —pregunté alzando una ceja.

—Las bocas podrán mentir pero los ojos nos delatan, Stephen.

—No por nada son el espejo del alma, supongo —desde nuestro último encuentro, supe que esos ojos grises me miraban con algo más que cariño o aprecio. 

—Y espero que me invites a la tuya —sentí que el calor me invadía el rostro al oír el comentario causal de la castaña.

—¿Te estás divirtiendo, verdad? —le pregunté con algo de molestia.

—¡Venga! No siempre se tiene el placer de hacer avergonzar y sonrojar al Doctor Strange —rió.

Negué con la cabeza, metiendo las manos en los bolsillos. Aún no habíamos concretado la clase de relación que teníamos. Aún era muy pronto para hablar de bodas y festejos. Pero no negaré que sentí mariposas en el estómago de solo pensarlo.

Quería verla. Abrazarla y besarla hasta quedarme sin respiración. La espera se me estaba haciendo eterna. Pero si tenía que seguir así, la esperaría por mil años más si fuera necesario.

De repente, antes de dar el siguiente paso al frente, sentí algo que ya había experimentado antes. Una sensación angustiosa y que me pesaba en lo más profundo del alma. Era como si mi pecho se estuviese quemando. Al creer saber lo que estaba pasando, miré el centro de mi pecho. Una luz parecida a la de una llama en forma de círculo con tres esferas en su interior, brillaba por debajo de mi camisa. La abrí un poco para ver una marca de la misma forma. 

Había visto ese símbolo solo una vez. 

—Stephen, ¿ocurre algo? —Christine se acercó a mí con cara de preocupación. Por mi rostro, supo que algo no iba bien.

—Está en peligro —dije apresuradamente, cambiando mi ropa en un instante y colocando la capa de levitación que portaba en el bolsillo. 

—¿Quién?

—Avril. Tengo que ayudarla —junté mis manos y extraí la marca para posarla sobre el suelo. Me dio igual que alguien me viera. No tenía tiempo y necesitaba llegar a ella lo antes posible. Estaba sufriendo mucho...

—¿Vas a ir tú solo? 

—No puedo perder el tiempo en avisar a Wong. No sé si para cuando llegue será tarde —pensé con angustia. El dolor que me provocaba la marca era el que estaba sufriendo ella. La ira y la preocupación se mezclaban en mi interior como una bomba a punto de estallar.

—Puedo avisarle yo. No está muy lejos de aquí —se ofreció.

—Me harías un favor. Dile que es una emergencia y que se dé prisa. Intentaré darle tiempo para llegar si las cosas se ponen feas —abrí un portal con la localización que me proporcionó la marca. 

—Muy bien. ¡Buena suerte! —gritó a la par que salía disparada calle abajo.

Giré mi vista al portal para ver oscuridad tras él. Un escudo que no le pertenecía a Avril. Con un simple toque lo hice añicos. La persona que lo mantenía en pie estaba débil, pude sentirlo al ver como se desvanecía sin esfuerzo. Nada me pararía. 

Así tuviera que ir al mismísimo infierno para ayudarla, lo haría.  

𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜 𝐈𝐧 𝐘𝐨𝐮 || 𝐃𝐫. 𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐱 𝐎𝐜 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora