Capítulo 8

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¿Hey Matías vas a jugar o no? - me dijo Víctor al verme pensativo antes de el torneo -

La verdad sí quiero jugar pero no sé, no me siento muy bien - le respondí -

¿Es por ella cierto, cuánto va una semana desde que ella volvió? - preguntó -

Sí hace una semana desde que hable con ella, pero todo es tan confuso... Aún creo que duele y la verdad no sé qué hacer - respondí algo desalentando -

Te entiendo amigo pero ¿stás seguro de que puedes jugar? - preguntó nuevamente, mientras añadía - si no puedes jugar tranquilo no pasa nada igual ya nos has ayudado demasiado...

Sí bueno, estoy mal pero tranquilo creo que sí podré jugar, solamente necesito concentrarme el doble y no pensar en ella - digo mientras se me escapa un suspiro -

Bueno, mira está bien, jugaras pero si no te sientes muy bien puedes decirnos y no hay problemas, sabemos que es difícil jugar con la mente así - me dice mientras se coloca los zapatos -

Tranquilo Víctor, jugaré y ganaremos - le digo al levantarme - ya nos veo representando a la USB.

Así se habla Matías - dijo Diego mientras se colocaba en el medio de todos - bueno muchachos, hoy saldremos allá y les demostraremos que somos los más aptos para representar a esta universidad.

¡Así es! - gritamos todos -

¡Matías! - me grita Verónica desde lo lejos -

Vero, ¿Cómo estás? Pensé que estarías ocupada hoy - le digo al acercarme -

Lo estaba, me volé solo para verte jugar, ya sabes para apoyarte a ti y al equipo.

Gracias, la verdad si necesitamos apoyo, espero podamos ganar.

Sé que lo harán - me dice mientras sonríe -

Gracias - le digo agarrándole una mano - debo irme, ya casi empezamos.

Dale, ¡Tu puedes papi!

Gracias - le digo mientras voy corriendo a la cancha -

El partido comenzó y en a penas 4 minutos ya íbamos perdiendo 2 - 0... Los muchachos estaban tristes pero aún así seguían diciendo que me entendían y asentía... Sé que la culpa era mía, no podía despejar mi mente y no pude anticipar ninguno de los primeros dos disparos... El tiempo corría, ya iban 35 minutos y estábamos 3 - 0 de no ser por los defensas de seguro hubieran más goles, vi la cara de decepción de mis compañeros.

*En el descanso*

¡Matías! - me llama Verónica - ¿Tienes algo?

Tranquila, estoy bien, no pasa nada...

No me engañas, sé que te sucede algo - me dice mientras me agarra la cara -


Tranquila, no es para tanto...


Bueno, está bien, no me digas, pero quiero que sepas algo, no hay nadie como tú, eres grandioso, y sé que eres más que esto... Más que todo esto, no sé lo que tienes, pero puedes superarlo, confío en ti...

Gracias preciosa - le digo mientras le sonrío débilmente - intentaré dar lo mejor.

No lo intentes, hazlo, sé que puedes amor.

¿Amor? - le pregunto confundido -


Jajajaja sí, eres mi amor, aunque a escondidas y no oficial.


Jajaja entiendo, ¿Un beso?


No... Sabes que esto debe ser oculto.


Cierto, de todas formas, quiero que sepas que te amo...

Aquello Que Oculta El DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora