CAPÍTULO II

2.3K 106 0
                                    


May Sandoval, princesa y futura reina de Maysan.

El viaje había sido un poco cansado, 3 damas de compañía vinieron conmigo y aunque al ser princesa y vivía rodeada de sirvientes y plebeyos a veces necesitaba estar sola para relajarme, así que no veía el momento de bajar de este carroza y tomar aire fresco sin molestia de nadie.

Al fin habíamos llegado, tenía 8 años, la última vez que visite Lacrontte.

Aún me veo siendo perseguida por Magnus en los pasillos, o haciéndole bromas al hijo de la criada, Francis, creo que se llamaba, no era como que recordaba muy bien a todos. El reino sigue tan cuál lo recordaba, con sus banderas negras estampadas con sus emblemáticos símbolos en color dorado como la corona, la L , el nombre del reino y los dos leones en los lados y claro sin duda alguna ni una sola flor en el reino.

Tres días o más bien dicho 9 años esperando para volver a ver al temido y frío Magnus Lacrontte, o así lo describían por los reinos que pase, muchos lo critican por el poder que está forjando, así como su actitud, pero ellos no conocen la verdadera personalidad y su razón de ser así.

Me fastidia mucho que las personas sin conocerte sean capaces de tacharte por el simple hecho de la percepción que les das a simple vista. Uno de los tantos motivos por lo que odiaba a la humanidad, era por ser superficiales.

Mis damas comenzaron a bajar, empezando Abbie, la encargada de coser mis vestidos y traerme las noticias de mi reino, continuo Katherine mi catadora, cocinera y halagadora profesional, por último Sarah, ella era mi dama multiusos, me informaba lo mínimo que pasaba en dentro y fuera del castillo con lujo de detalle, era mi consejera aunque a veces hacía caso omiso a sus consejos, también se le daba bien el rol de psicóloga aunque por momentos era un poco escandalosa, despistada y tonta, pero era leal y confiables y sabía cargar bien mis bolsas y ejecutar correctamente mis órdenes.

Empezaron a bajar mi equipaje y formarse para el correspondiente saludo, el mayordomo me estaba ayudando a bajar de la carroza cuando vi que mis doncellas murmuraban algo, pero no tenía la necesidad de saber cuál era el motivo por que Sarah ya venía a informarme.

-Alteza.-Dijo Sarah con una leve reverencia.

-Dime Sarah- Respondí.

-Abbie y Katherine afirman haber escuchado conversar a los escoltas del rey Magnus sobre que él está buscando una esposa.

-Debe ser un simple rumor.-dije un poco impresiona ya que Magnus no me comento nada sobre el tema en las últimas cartas que recibí de él.

-Sea rumor o no, permítale darle unos pequeños retoques, él babeara con solo verla.-alego dando un guiño.

Sarah era un tanto pequeña, así que con las puntillas en alto comenzó a acomodar mi cabello y quitar las pequeñas arrugas de mi vestido.

El sonido de la trompeta capto la mi atención y la atención de los súbditos de Lacrontte.

Sabía quién seacercaba, mi cuerpo lo presenciaba porque la piel se me puso chinita. Ahí veníael hombre que a través de las cartas me acompaño en mis días en el internado deprincesas y el mismo al que había soñado múltiples veces y había añorado verlopor años, Magnus Lacrontte

MARCAS EN EL CORAZÓN DEL REYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora