La noche del baile había llegado, y consigo el tiempo se estaba terminado, durante la mañana no vi a Magnus porque había salido, pero sabía que aquí me lo tendría que encontrar sí o sí en el evento.
El vestido que estaba usando esta noche, Magnus lo envió hacer solo para mí, era negro, con pequeñas hombreras, escote en semi corazón, y la falda tenía detalles dorados, mi cabello estaba en un recogido bajo resaltado mi tiara y la delicada gargantilla que en el centro llevaba un diamante que portaba.
Según las órdenes de Francis, ingresaría del brazo de Magnus al salón, por eso aún no se escuchaba la música y tampoco podía entrar, no hasta que el rey estuviera presente.
Se lo diría, ese era el plan, no quería irme sin darle explicaciones a Magnus, tendría que enfrentarlo, aunque me dolía, debía hacerlo.
Sentí su tacto ardiendo cuando me tomo mi mano y la poso en su brazo derecho. Lucia tan atractivo con su corona sobre su rubio cabello y exhibiendo un traje oscuro con aplicaciones doradas en sus bordes.
Tenía estilo, personalidad y elegancia, todo lo que una mujer puede anhelar en un siglo como este.
Los guardias abrieron las grandes puertas del salón, este era blanco y cada filo tenía adornos de plata y oro, los candelabros eran de cristal y tenía detalles dorados, la luz era clara y todos al vernos ingresar desde el segundo piso hicieron una reverencia, bajamos las escaleras que conectaban con el primer piso mientras el público nos recorría con la mirada.
-Atención, atención, nuestras altezas nos concederán el primer baile de la noche- anuncio el heraldo.
>>Heraldo: anunciador del rey>>
La orquesta instrumental comenzó a tocar una melodía lenta y suave, todos dejaron el centro libre para que Magnus y yo procediéramos a entrar a la pista.
Nuestras manos se unieron, las tomé y un leve beso les di, él hizo lo mismo dando una pequeña inclinación, el baile inicio siendo lento, con nuestras miradas fijas en nosotros mismos. Era momento de decírselo.
-Magnus.
-May
-No podemos casarnos.
Quería decirme algo, pero necesitaba primero decirle todo, así que por eso lo interrumpí.
-No porque no me guste tu plan, de hecho anhelaba casarme contigo, no por beneficios que me darías al ser tu esposa, sino porque- momento de ser sincera- te quiero, eres con quien mejor me entiendo y quien me comprende, además de no ser de los típicos que solo me van a querer para adornar sus reinos, tu Magnus Lacrontte me haces sentir especial y única.
-Entonces?-dijo serio aún continuando el paso del baile.
-Silas, amenazo a mi padre con asesinarme si no volvía a Maysan lo más antes posible.
-Maldita escoria que se esconde detrás de sus matones, pero esto se le terminó.-dijo enojado.
-No, escúchame, no hagas nada por ahora, yo regresare a Maysan mañana.
-Pero tú no te rindes así de fácil.
-Lo sé, pero no quiero que salgas herido, Silas, sabe que si me lastima también te estará lastimando a ti, no quiero que vuelvas a sentirte como lo hiciste con la perdida de tus padres, por eso prefiero que sigas con tus planes de acabar con su reino, Magnus acaba con Silas Denavritz.
-Pero.
-Shh-lo interrumpí, no quería que me ruegue porque sabía que hacerlo haría que me quede, y como le dije Magnus no merece más dolor-disfrutemos de nuestra última noche, ¿sí?
Asintió con la cabeza y continuamos bailando, no quería pensar en nada más que en nosotros, quería concentrarme en detallar cada parte de él, su rostro, sus facciones, su mirada dominante, pero seductora, su esbelto cuerpo, su cabello, en fin quería memorizarlo para recordarlo cuando ya no estemos juntos.
El baile finalizó, cuando se arrodilló y me miro, extrañaría perderme entre aquel verde que me contemplaban y me hacían sentir deseada, y olor que tanto me encantaba e hipnotizaba, tome su mejilla invitándolo a pararse, lo hizo, acaricio mi mano sobre su rostro, y el tiempo se detuvo, la gente desapareció al igual que los problemas, o eso era lo que percibía al estar junto a él.
Tenía que hacerlo ahora o nunca lo haría, porque no sabría cuando lo volvería a ver. Colocándome en cuclillas mis labios alcanzaron los suyos, le di un beso delicado y dulce que aunque fuera el beso de despedida quería marcar sus labios sobre los míos.
El público estalló en aplausos y Magnus limpio las pequeñas lágrimas que había derramado sin darme cuenta.
-No me gusta que llores por mi causa.
Los invitados se nos unieron para continuar con los bailes, y Magnus por su parte me concedió su compañía durante toda la noche.
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MARCAS EN EL CORAZÓN DEL REY
RomanceFANFICTION del primer amor del Rey Magnus Lacrontte. Mil gracias por los 20k de lecturas, besitos a todos 😘😘