Capitulo N°1

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A Manjiro le ha llegado una carta, la misma no tiene nombre de la persona que lo ha enviado. Más curiosidad le daba por saber que habría adentro.

Dentro de aquél sobre se encontraba una foto de una niña, y con ella una nota que decía:

“Me supongo que te estarás preguntando de quién es esa niña, tranquilo, ahora te lo diré.
Su nombre es T/n y su apellido Sano, ¿impresionante no? tiene tu mismo apellido, sin embargo no es tu hija, es tu hermana.”

Dejó de leer y se tomó unos minutos para pensar. ¿Cómo que hermana? esa niña no podía ser su hermana, después de todo sus únicos hermanos están muertos.

“Un poco difícil de creer ¿no es así? pero me temo decirte que es verdad, ¿cómo estoy seguro? porque ella está aquí conmigo, si no me crees te invito a dar vuelta la hoja”

Atrás había pegada una foto, en esta se le podía ver nuevamente, nada más que ahora estaba sentada en una silla atada de pies y manos con unos cuantos golpes en su rostro.
Giró la hoja y siguió leyendo.

“La vida de ella queda en tus manos, ¿que harás? ¿la dejarás morir así como así o vendrás a buscarla?, si tu decisión es venir aquí te dejo la dirección, nos vemos luego”

Manjiro tenía un enojo enorme, claro que no estaba seguro si aquello era verdad pero algo le decía que si lo era.

Estaba decidido, iría a salvar a su hermana de las garras de aquél tipo.

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Cada vez faltaba menos para llegar a la dirección. Hiban armados y listos para pelear. Sin embargo los ejecutivos estaban un poco confundidos, después de todo Manjiro no les había comentado bien para que irían a dicha dirección.

—Aquí es—

Largo y ancho, con unos pedazos de paredes y rocas por el suelo. Aquél lugar estaba echo un desastre. Sea como sea no podían relajarse tenían que estar en guardia, no sabían con que tipo de trampas podían encontrarse.

Siguieron caminando hasta encontrarse con una niña atada a una silla. Todos miraron a su jefe. Algunos con una expresión de confusión y otros para saber si dar o no el siguiente paso.

—Valla valla, encerio pensé que no vendrías Manjiro...—

—Dame a la niña— Contestó este serio.

—Lamento decirte que no será así de fácil...— Dijo poniéndose al lado de ella.

Se suponía que debería de estar desmayada por los golpes que aquél hombre le había dado, pero que pasa si solo lo estaba ganando tiempo?.
Movimientos despacios empezó a hacer para poder desatarse. Esta acción solo fue notada por su hermano, Manjiro, minutos después por los demás.

—¿Que carajo están mirando?— Al darse vuelta notó a la niña desatada, la misma no le dió tiempo que dijera nada más y le desató una patada en su rostro, patada que hizo que esté retrocediera para atrás.

Los ejecutivos estaban sorprendidos. Estos se pusieron en posición de pelea, aunque ella supiera defenderse no estaba a la altura para ganarle a aquél tipo. Sin embargo su jefe pensaba distinto, y les dijo que no interfieran, por ahora.

—¿¡Que mierda T/n cómo te desataste?!— Grito para después pasar su dedo por la herida que ella le había echo en el labio.

—Eso no importa... Ahora solo pelea...— Respondió poniéndose en modo de pelea.

—Como quieras— Este fue directo hacia la chica para darle un golpe, ella logró pararlo con su puño, puso toda su fuerza ahí para poder lograr darle una nueva patada, lo cual funcionó.
Si seguían así lo más seguro es que perdiera energía, ya que no era muy resistente. —¿Te parece si la hacemos corta?— Sacó un arma y le apuntó. Al punto de dispararle Manjiro se interpuso entre medio y antes que pudiera disparar este se adelantó, siendo el que le haya disparado.

—¿Estás bien?—

—Si... Supongo...— Respondió aún con la mirada puesta en el chico y el chorro de sangre que había al su alrededor.

—Podemos irnos— Dijo mientras empezaba a caminar y era perseguido por la niña y los demás.

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Ya en la mansión, Manjiro le empezó hacer preguntas a su supuesta hermana menor.

—¿Nombre? ¿edad?—

—T/n, 10 años—

—¿Quien es tu madre?—

—Karen Kurokawa— Las dudas de Manjiro se fueron en un abrir y cerrar de ojos, aquello respondió todas las preguntas que tenía, más una la cuál era el porque se parecía tanto a Emma, su hermana ya fallecida. —Solo una pregunta... ¿que vendría a ser usted mío?—

—Hermano— La expresión de sorpresa no faltó.

—Ham... Yo...—

—No hace falta que respondas— Un bostezo salió de la boca de T/n —Ran, llévala a mí habitación para que duerma— El nombrado se dirigió hacía ella y le estrecho su mano para que le siguiera, lo cual hizo.

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—Aquí es, cualquier cosa que necesites estaremos abajo— Ran salió de la habitación y ella se acostó en la cama. Al minuto de acostarse ya se había dormido.

¿¡El jefe tiene una hermana menor?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora