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El duelo suprimido sofoca. Hace estragos dentro del pecho y está forzado a multiplicar su fuerza.

-Ovidio

04 de mayo 2020.

No puedo evitar mirar a mi alrededor y darme cuanta que está vez si estoy sola, sola en las paredes de lo que antes era mi hogar. Miro la cama vacía y el pecho se me oprime.
La vida es muy injusta, lloro en la soledad, los pienso en mi tristeza.

¿Cuando volverán? ¿Así debo de vivir?

Un nudo se forma en mi garganta al pensarlos nuevamente o bueno es que la mayoría del tiempo los pienso, hablo de ustedes porque el dolor me sofoca, aveces al hablar de lo bien que la pasaba con ustedes a mi lado la garganta se me cierra.

El solo hecho de pensar en lo que fuimos y ya no podremos ser me comprime el pecho. Y es que los extraño tanto que el solo echo de pensar una vida sin ustedes duele.

Me enseñaron tantas cosas pero nunca me enseñaron a vivir sin ustedes quisiera. ¿En qué momento vuelven y me dicen que todo esto es por mi bien? ¿Cuando es que me dicen que ya todo acabo?

Debo confesar que al escribir esto el papel se encuentra lleno de lágrimas, de sentimientos. Y quizás deba entender que llorar está bien pero no puedo, la sola idea de llorar por ustedes con alguien que no entiende lo que pasó me llena de rabia porque todo esto no debería de ser así.
Realmente esto no debe ser así.

Es mucho pedir que ustedes estén aquí junto a mi, es que pensar en ustedes sin verlos, soñar con abrazarlos sin hacerlo, me a consumido tanto. No se en qué parte del camino me perdí, no logro comprender esta vida sin ustedes y eso duele tanto.

Los extrañó tanto pero tanto que duele...

Cartas al cielo (Bilogía Más Haya De Tu Muerte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora