Capítulo 28 - ¿Me investigaste, cierto?

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—¿Me investigaste, cierto? —le preguntó Kate luego de un largo silencio donde Kate vio pasar toda su vida. 

—¿Tú que crees? —respondió Natasha con burla. Kate sintió un terrible nudo en la garganta. 

—¿Qué averiguaste? —le preguntó con temor. Natasha era una espía, era obvio que sabía todo. 

—Todo.—Kate cerró los ojos y pidió ayuda divina; "Hola, Dios. Soy yo de nuevo..."— Cada que vas a una cita, es con una chica diferente. Nunca sales con la misma dos veces—comenzó a recitarle una lista con los principales puntos—. Y debo añadir que es muy obvio que tienes un tipo, la mayoría de tus citas son rubias de ojos verdes o azules—Kate se sonrojo. Era cierto; Kate tenía una debilidad por las rubias con ojos de color. No era algo que le avergonzara, pero tampoco creía que era algo bueno el que Natasha supiera.

—Esos bien pueden ser rumores...—murmuró Kate. Natasha alzó una ceja con incredulidad, por lo que Kate desvió su mirada. No había que hacer, Natasha tenía toda la información que necesitaba para respaldar el por qué no la quería como posible cuñada. 

—Tienes el típico perfil de una playgirl millonaria, hasta pareces más aprendiz de Stark que de Clint.—Kate en otro momento hubiera reído por ese comentario, pero ese en definitiva no era un buen momento para hacerlo.

—Tal vez salí con algunas chicas—nuevamente Natasha alzó una ceja como muestra de que no le creía. Kate rodo los ojos—. Está bien... tal vez salí con MUCHAS chicas—se corrigió haciendo énfasis en la penúltima palabra—, pero eso no quiere decir que me acostará con todas ellas.

—Tal vez no, pero si dice que jugabas con sus sentimientos.

—No porque TÚ seas ese tipo de playgirl quiere decir que el resto lo seamos—dijo Kate en un arrebato de valentía estúpida. El rostro de Natasha se endureció.

—No me conoces, Bishop. No puedes decir nada de eso, en especial porque no llevas mucho tiempo estando en el complejo; prácticamente no conoces a nadie de aquí.—Natasha le dijo con severidad—No tengo por qué aclararte tu equivocación tampoco, pero de todas formas lo haré para dejártelo claro.—Kate asintió levemente con la cabeza. Natasha prosiguió con lo que iba a decir—. Yo SIEMPRE he sido clara sobre mis intenciones, jamás he jugado con ninguna mujer. Y mis relaciones siempre las he respetado también, no han sido muchas; pero las que he tenido las respete. Así que no tienes ningún derecho de estar diciendo eso de mí.

—Eso no es lo que dicen en los pasillos...—murmuró Kate con el último granito de valentía estúpida que le quedaba. 

—Esos rumores siempre han estado desde que estaba en SHIELD. Son rumores creados por hombres que me envidian porque hago lo que ellos ni en sus sueños podrán.—Natasha replico con demasiada severidad—. Desafortunadamente muchos de los agentes de SHIELDS trabajan ahora también aquí en el complejo, por eso esos malditos rumores siguen estando en los corredores. Tristemente para ellos; ni así han podido lograr desviar de mí la atención del personal femenino.

—Eso tiene sentido—musitó Kate con temor en su voz—. Pero entendiste mi punto, ¿verdad?

—¿El que eres una mujeriega? Claro.

—No tiene nada malo salir con varias mujeres y eso no me lo puedes negar—se defendió Kate.

—No, no tiene nada de malo. Lo que sí es no aclarar tus intenciones y jugar con ellas. 

—Okay... admito que tal vez si era la típica mujeriega cuando estaba en el instituto... ¡pero cambie! Fui a terapia y trabaje en eso. En mis últimos dos años universitarios he cambiando eso, ahora sí dejo todo claro—explicó Kata rápidamente, señal de que estaba nerviosa—. Claro que lo deje de hacer desde que vi a tu hermana... me gustó tanto desde la primera vez que la vi que ya no sentí la necesidad de salir con nadie más que no fuera Yelena. 

—¿De verdad esperas que te crea eso? —preguntó mordaz.

—Es la verdad—contestó Kate honesta y simplemente. Natasha la analizaba atentamente—. Sé que conozco a Yelena desde hace muy poco y que prácticamente no sé nada de ella... pero desde que la conocí... desde ese momento me gusto, fue como una explosión en mi interior—Kate sonrió ante el recuerdo—. Me estoy enamorando de Yelena, lo juro por mi arco—Natasha seguía analizándola—Y mi arco es lo más sagrado para mí. Así que puedes estar segura de que no le haré daño, realmente me gusta mucho y quiero algo bien con Lena.

Natasha se quedo en silencio, procesando todas las palabras de Kate. Tal vez estaba exagerando, pero aún así no creía del todo en las palabras de la joven. Yelena era su hermanita, ninguna precaución está de más.

—Lindas palabras, Bishop. Pero necesitas más que eso para que te crea.

—Mis acciones hablaran por mí, ya verás—replico Kate al instante—. Sé que como su hermana mayor la estás protegiendo, así que no te preocupes. Demostraré que lo digo es enserio. 

—Ya lo veremos, Bishop.

Nuevamente se quedaron en silencio. Kate se comenzó a preguntar si entonces ya tenía le aprobación de Natasha. Obviamente no se quedaría con esa duda, así que decidió aclararla.

—Entonces... ¿todo bien, cuñada? ¿ya tengo tu aprobación? —preguntó emocionada. Natasha sonrió sin gracia. 

—No.—La emoción de Kate se desvaneció—Y no me digas así. A la próxima que me vuelvas a llamar de esa forma; no la cuentas, Bishop—Kate trago saliva. 

—Entendido. 

—Bien, ahora largo de aquí—la corre—. Reúnete con el resto de tu equipo. Stark les dará una noticia importante. 

—Mi equipo incluye a Yelena—Natasha la volteo a ver amenazadoramente, por lo que Kate se apresuro a continuar—. Solo para aclarar, ¿entonces SÍ me puedo acercar a ella?

—Como amiga y compañera, sí. Lo otro ya lo veremos con el tiempo—Kate la miro totalmente asombrada, no esperaba eso. Natasha sonrió levemente de lado, pero rápido cambio de expresión—. No hagas que me arrepienta, Bishop. 

—¡No lo haré, lo juro! —Kate sonreía emocionada. Se sentía como si hubiera ganado la lotería.

—Eso espero.

—¡Mis acciones hablarán por mí, ya lo verás! 

—Tienes cinco segundos para irte y ya desperdiciaste dos—Natasha le dijo gélidamente. La sonrisa de Kate se borro en un instante. 

—Por eso decía que ya me iba...—murmuró caminando apresuradamente a la salida. 

Al salir de la sala de entrenamiento, Kate comenzó a hacer un baile de felicidad. Sí fue golpeada por Natasha y le dolía todo el cuerpo, pero al menos había logrado un gran progreso con su futura cuñada. Bien valieron la pena los golpes.



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