Grand Civilization

Prólogo

Una historia muy oscura se remonta a los inicios de una raza, la raza humana. Seres extraordinarios para el planeta, seres capaces de sentir, pensar, aprender y crecer. Pronto se empezaron a reproducir y en poco tiempo tomaron el trono de la cadena alimenticia. Construyeron casas, sembraron su propio alimento, domesticaron bestias, evolucionaron y empezaron a buscar la verdad de la creación. Su potencial extraordinario era casi infinito y sin límites. Pero, nada, absolutamente, nada es infinito. Sus defectos los hacían retroceder tecnológicamente y socialmente, haciendo que su crecimiento se vea enormemente frenado. Pronto las guerras comenzaron. Se mataban entre sí para conseguir más recursos, tierras, derechos, riquezas, y cualquier cosa que los hacía más fuertes o mejores que los demás. Hasta que llego un punto donde todo estaba destruido. Sus mismas armas de destrucción masiva acabaron con el planeta y este, que antes era de un azul exquisito y unas manchas verdes que resaltaban su belleza, se pudrieron para quedar en un amarillo seco y triste. Sin ningún ser vivo. El universo que antes estaba cautivado por su belleza se entristeció por esta desgracia, así que decidió darles una nueva oportunidad. Junto todo su poder divino y retrocedió en el tiempo justo cuando los primeros humanos nacieron. Y junto con ellos, los nombrados en las eras posteriores como Adán y Eva. Nació un tercero... con los mismos atributos perfectos que Adán y su fuerza extraordinaria y con la inteligencia y agilidad de Eva. Era, como se llamó, un superhumano, el universo sabía que esto, en cambio, haría todo peor, así que le asigno una misión y una alma sabia. Su misión... guiar a la humanidad a la grandeza y evitar que se destruyan a sí mismos. Y su alma...