CAPÍTULO 1 Forastera en Seul

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La lavadora continuaba dando vueltas. Parecía que cuanta más prisa tenía, más tardaba el contador de tiempo de la máquina en terminar . Aunque había puesto un programa corto, ese trasto parecía haberse confabulado para que llegara tarde a su cita. (T/N) necesitaba ese trabajo y estaba comenzando a ponerse nerviosa. El contador indicaba dos minutos ,pero parecía que hacía horas de eso. Siempre que venía a la lavandería procuraba traerse un libro,por que la media hora de espera entre lavar y secar no se la quitaba nadie. Pero hoy con las prisas, se lo había dejado .Intentó pensar en otra cosa que no fuera el reloj y lo lento que corría cuando se tiene prisa. Que diferente Era la vida en España, todos tenían lavadoras en casa y no era necesario caminar con tu ropa sucia por la calle. Claro que en su apartamento minúsculo, no cabría de ninguna manera uno de esos trastos. Al principio de llegar a Seul eso de ir a la lavandería le pareció algo interesante, porque creía que podría conocer gente y así practicar con el idioma. Pero no fue así, la gente que iba a esos sitios no tenía ganas de charlar. Llegaba, lavaba su ropa y se iba. Si en España se utilizaran este tipo de locales, la juerga estaría asegurada, pero a quí eran tan sosos que ni siquiera se paraban a mirar a la persona que tenían al lado. Así que terminó por traerse un libro, sentarse con él y matar el tiempo. No podía parar de refunfuñar y de morderse las uñas, por que la dichosa lavadora no terminaba nunca. Tendría que haber hecho su colada en otra ocasión, pero su vida era tan complicada, que ese momento o era el único del día para hacerla y ya se había quedado sin nada limpio que ponerse. "Porfin", suspiró tranquila mientras sacaba la ropa y la doblaba. Salió rápidamente del local. Menos mal que la lavandería estaba cerca de su apartamento. Subió las escaleras de dos en dos. Vivía en un quinto piso, pero ya estaba acostumbrada a subir andando, ese maldito ascensor nunca funcionaba. Abrió la puerta y tiró el cesto de la ropa descuidadamente, ya habría tiempo de recogerlo, tenía menos de veinte minutos para llegar a su cita. Llevaba más de dos años viviendo en Madrid ,en una zona muy tranquila y con alquileres baratos. Cuando decidió emigrar a Seúl, aunque su conocimiento del idioma era muy bueno, prefirió vivir en un barrio cuyos habitantes eran en su mayoría latinos. Tenía que ir al centro de Seul en un tiempo récord. Estaban en diciembre y en esa época del año las nevadas eran continuas, así que con seguridad habría un gran atasco en el puente. Iba a llegar muy justa de tiempo, pero tuvo que parar en la cuneta, necesitaba mirar de nuevo la dirección que su amiga Lexle había anotado en un papel. No quería que la policía la sorprendiera con las manos fuera del volante, cuando eres extranjero tienes que cumplir la ley en todo momento, sino puedes encontrarte en graves problemas. Gracias a Dios el tráfico era fluido, eso le permitió ganar algo de tiempo y llegar al número noventa con más tranquilidad. Su amiga Lexle había contado que ese edificio precisamente era muy conocido, en él se encontraban los apartamentos donde se habían grabado los episodios de un famoso drama. Eso a ella no le impresionaba en absoluto, lo único que ansiaba era conseguir el trabajo por varias razones de peso: estaba muy bien pagado, le permitía continuar con su otro empleo, le pillaba cerca de su casa y le dejaba los domingos libres para poder descansar. Según Siwon el jefe no era muy exigente y con suerte te pasabas días sin verle, sería estupendo poder trabajar sin nadie que te estuviera controlando constantemente. Decidió dejar el coche en un garaje, que se encontraba justo enfrente del edificio. Había muy pocos huecos y como tenía prisa no podía escoger, entraría en el primero que viera. Estaba dando el intermitente para entrar marcha atrás en el numero veinte, cuando un tipo con un Lexus negro dio un fuerte volantazo y con un rechinar de neumáticos se metió en la que iba aser su plaza.-¡Eh tú! , ¿Qué pasa contigo? ¡Ese es mi sitio! -le gritó al ladrón de plazas después de bajar la ventanilla. Del cochazo salió un hombre alto y fuerte. Llevaba un traje oscuro y que seguramente sería de una de esas marcas caras, que (T/N) solo se podía permitir mirar en las revistas de moda. -Que yo sepa estas plazas no tienen dueño, son del primero que llega- le dijo mientras se asomaba por encima de sus gafas - ¡Pero serás desgraciado!, ¡yo he llegado antes que tú!-(T/N) estaba tan enfadada que salió del coche y se enfrentó cara a cara a ese sinvergüenza sin escrúpulos. Era mucho más baja que él, pero eso no le amedrentaba en absoluto. -Mira guapa-. La miró de arriba abajo-. Tengo mucha prisa. No puedo quedarme a discutir contigo. Te aconsejo que busques otro sitio porque éste ya está ocupado-.Sin más comenzó a andar hacia la salida del garaje, pero antes de abrir la puerta se dirigió otra vez a ella-. Cuando vuelva espero que mi coche no tenga ningún rayón. Se cual es la matrícula de esa cosa tuya que llamas coche y trabajo para el FBI. -¡Pero serás hijo de ****!-. Lástima que seguramente ya no la había escuchado. (T/N) miró su reloj y se puso muy nerviosa, por culpa de ese llegaría tarde. Montó de nuevo en su utilitario y buscó otro sitio. Su conocimiento sobre tacos en inglés era muy extenso, su querida amiga Lex se había ocupado de aleccionarla muy bien y salieron tantos de su boca mientras encontraba una plaza, que incluso el tipo más duro del Bronx se avergonzaría de ella. "Malditos,malditos policías, malditos trajes caros, malditos..." subía en el ascensor (por supuesto aquí sí que funcionaba, no como en su edificio) intentando calmar su mal humor, no podía presentarse delante del que iba a ser su jefe con esa cara de mala leche. Miró de nuevo el papel de Lex, el apartamento era el 7B y estaba justo al final de un largo pasillo. Llamó al timbre y esperó durante unos segundos impaciente y nerviosa. Cuando la puerta se abrió pensó que la tierra se abriría a sus pies y se la tragaría. Ese hombre desagradable del garaje estaba de pié frente a ella, con cara de asombro.-Vaya, vaya que sorpresa más grande. La fierecilla del garaje está llamando a mi puerta.

EL PRECIO DEL AMOR(fanfic super junior)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora