Cuanto más cerca estaban de la Noche de las Almas, más aterradora se volvía la noche; la creencia de que las almas surgían justo en la luna llena de octubre era algo que estaba profundamente arraigado y envolvía todos los lugares en un aura de misterio.
Al igual que esa noche, donde la luna llena brillaba intensamente.
El soldado no estaba contento con las guardias nocturnas, prefería las guardias de la tarde, pero no le quedaba más remedio que hacerlas porque ese era su trabajo.
El carruaje del Comandante estaba estacionado en las afueras del pueblo que solían ocupar como descanso cuando realizaban los viajes a Eikaran. Incluso habían construido una casita que les servía para descansar de una forma más cómoda a pesar de estar solo una noche.
El soldado bostezó cerrando los ojos, completamente aburrido de estar en su posición, y cuando volvió a abrirlos, una chica de cabello blanco estaba frente a él con una canasta en la mano. El soldado se asustó, pensó que era un fantasma que había salido de la misma manera que relatan las historias, y estaba a punto de desenvainar su espada para ahuyentarla, hasta que notó a la chica y descubrió que era la misma chica que había visto en el camino cuando iban a Eikaran.
La chica estaba ahí parada frente a él sin decir nada, incluso se había alejado un poco al ver la reacción asustada del soldado.
— ¿Qué quieres? — preguntó el soldado a esa chica. — No damos limosna.
De cerca, esa chica era bonita. Cuando el comandante la salvó del tipo que quería llevársela por la fuerza, solo pudo verla desde la distancia. Mirándola de cerca, el soldado comprendió por qué el comandante se había llevado a la chica en su propio caballo.
— No quiero limosnas, quiero ver al príncipe. Quiero agradecerle que me salvó el otro día. — La niña levantó la canasta que llevaba.
El soldado pudo ver que dentro de la canasta había manzanas rojas y verdes. Las manzanas no eran baratas, y lo más probable era que la chica fuera una ladrona, ya que apareció con una canasta llena de manzanas en medio de la noche. El soldado tomó agresivamente la canasta de las manos de la chica.
— ¿De dónde has sacado esto? — preguntó el soldado con la intención de intimidar a la niña. — Robar es un crimen y no parece que los hayas comprado.
Robar manzanas no era un gran crimen, pero si la intimidaba lo suficiente, podría quedarse con las manzanas y tal vez con la chica. No sería la primera vez que se arreglaran las cosas de esa manera. La chica era realmente bonita y el soldado quería saber si todo su cabello era blanco o solo el de su cabeza.
— Las conseguí honestamente, trabajé por ellas, y son mías. ¡Devuélvemelas! — La chica trató de quitarle la canasta de manzanas al soldado, y el soldado la sujetó por la cintura con fuerza. — ¡Ayuda! Príncipe Ichigo, ¡ayúdame!
La chica gritó, y cuanto más gritaba, más la sujetaba el soldado. El soldado empezó a sonreír, a punto de dejar caer la canasta para llevarse a la chica, cuando alguien le quitó la canasta de la mano.
— ¿Qué está pasando aquí? — La voz de Uryu hizo que el soldado soltara inmediatamente a la chica y tomara su mano, mostrándola como una prisionera. Uryu se sorprendió al ver a la chica e inmediatamente hizo que el soldado la soltara. El pánico en el rostro de Uryu estaba enmascarado por la ira que estaba sintiendo en ese momento.
— Esta chica dice que quiere ver al príncipe. La sorprendí con manzanas robadas.
Uryu miró al guardia, que parecía muy orgulloso de su trabajo al atrapar a una chica indefensa con manzanas.
— Sal de aquí. No quiero verte de nuevo con esta chica. — La voz de Uryu se cargó con esa autoridad que le otorgaba el rango de General, y el soldado, que no entendía lo que pasaba, se fue de allí. — Sígueme, Su Alteza está dormido. Te aconsejo que le cuentes lo que acaba de pasar porque no necesitamos tales soldados dentro de nuestras filas.
— Córtale la mano, es más, córtale la cabeza, que parece que no la necesita. — habló Rukia mientras se paraba frente a la puerta de la habitación de Ichigo.
— Como ordena Su Alteza. — Uryu le hizo una reverencia a Rukia y le devolvió la canasta de manzanas. Rukia entró en la habitación de Ichigo y Uryu fue a la entrada principal, donde todo eso había sucedido.
Renji estaba parado allí, su capa de viaje le cubría los hombros y la capucha cubría su cabello rojo. Uryu se paró frente a él y levantó una ceja interrogante.
— Puedo explicarlo. — Renji se defendió en ese momento. Uryu solo lo miró esperando una explicación que fuera convincente, porque el príncipe no estaría de buen humor cuando se enterara de todo lo sucedido. — La princesa me obligó. Me dijo que si no la acompañaba, tomaría un caballo y haría el viaje sola. Ichigo me ordenó que la cuidara, no podía dejarla sola; si le pasaba algo en el camino, me cortaban la cabeza.
— Primero la farsa del camino, ahora esto. ¿Estás cavando tu propia tumba? ¿Qué quieres que diga tu epitafio? ¿"Aquí yace un tonto que no puede cuidar de una princesa"?
— No fue realmente una farsa, estaba tratando de traerla de regreso al castillo. Lamenté haber aceptado y tuve miedo, pero ya no pude hacer que la princesa quisiera regresar, y entonces el comandante nos vio y el resto es historia. — Renji se justificó a sí mismo. Estaba realmente preocupado por lo que Ichigo podría hacerle; Uryu, por otro lado, estaba molesto por ese soldado.
— Vamos, tomemos una copa. Te invito a tu última copa. — se burló Uryu, pero Renji sonrió nerviosamente.
Renji sabía que estaba en problemas, pero Ichigo no le haría nada, o eso esperaba; después de todo, la princesa fue quien básicamente lo obligó a ir con ella. Uryu, por otro lado, estaba pensando si ejecutar a ese soldado en este momento o esperar hasta el amanecer. Por la forma en que el soldado se había atrevido a tocar a la princesa, seguramente Ichigo lo torturaría hasta que suplicara piedad por su propia existencia.
Sin embargo, ese soldado no pudo ver el amanecer y Uryu no tuvo que mancharse las manos. Ichigo se encargó de que el soldado que ofendió a Rukia momentos antes, se convirtiera en un alma más que regresaría al año siguiente con la luz de la luna llena de octubre.
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El Ruiseñor || IchiRuki FF
FanfictionIchigo regresa al reino después de completar su educación en el reino de su madre, se supone que él es el heredero, se supone que todo está bien y se supone que nada va a cambiar. Se supone. Ichigo ha aprendido, de una manera cruel, que su padre no...