Capítulo 7

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No había encontrado fuerzas en mi interior para responder a su oferta de forma negativa. Pero, ¿qué pasaría cuándo regresara de mi viaje? Temía a lo que llegara a sentir por él. Kyuhyun se había ofrecido a ser mi guía turístico personal y yo estaba haciendo un berrinche en mi interior.


-¿Nunca has ido al cine en Corea, cierto?- interrumpió mi línea de pensamientos. Abrí más los ojos.


-No, pero estaba en mis planes- respondí sorprendida. Era una de las cosas que quería hacer mientras estuviera en Corea.


-En ese caso, vamos al cine- dijo con una sonrisa.


-¿Qué vamos a ver?- pregunté. Contestó a mi interrogante con otra interrogante:


-¿Qué quieres ver?-


-No lo sé. Lo que sea- .


-¿Coreano o Americano?-. Me eché a reír.


-Coreano.- sentencié.


***


El edifico del cine era enorme. Kyuhyun dirigió la van a la parte trasera. Nos bajamos por el área de empleados. Me explicó que ese cine era famoso entre los artistas por su comodidad y privacidad. Se les permitía estacionarse en el área de empleados y entrar por las puertas de atrás, como habíamos hecho nosotros. Así, como alquilar salas completas.


Entramos a una sala que tenía capacidad para aproximadamente 200 personas. Era como una sala de un teatro, pero más pequeña. Había un balcón a cada lado de la sala y uno en el medio, con capacidad para seis personas cada uno. Kyuhyun y yo nos dirigimos al del medio. Las personas que estuvieran abajo no serían capaces de ver a las personas en los balcones, ya que estaban construidos encima de los asientos. No era como el típico segundo piso de un teatro. Más bien era como una plataforma en un segundo plano.


Antes de entrar, Kyuhyun me abrió la puerta con un brillo peculiar en los ojos. Me di cuenta que estaría pendiente a mi reacción. Entró detrás de mí y cerró la puerta.


Era como en las películas. El balcón, solo tenía seis asientos, pero era espacioso. No eran seis sillas apiñadas como las de los cines regulares. De hecho, ninguna de las sillas en la sala era como las de los cines normales. Eran butacas en cuero, reclinables, con una pequeña mesa incrustada que se guardaba. El balcón tenía cortinas a ambos lados como en los teatros.


Kyuhyun se sentó en una de las sillas del medio, mirándome en todo momento con una sonrisa. Como parecía conocer mis reacciones antes de que yo misma fuera capaz de expresarlas, pues no me preocupé en ocultar nada. Estaba sorprendida.


Me asomé al balcón. Se veía la gente abajo, pero no a mucha distancia. Si alguien saltaba no sufriría daño.


Me volteé hacia él, quien estaba cómodamente reclinado en su silla riéndose de mis mil y una muecas, y dije:


-¡Wow!- con la quijada casi tocando mi pecho.


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