De camino al aeropuerto sentía como si mis nervios se comieran mis entrañas.
Ya había llegado. Finalmente estaba aquí. Había intentado retrasar este día con todas mis fuerzas, pero ¿quién puede detener el tiempo?
Íbamos en una camioneta negra. La policía me llevaría personalmente hasta el aeropuerto. Nos acompañaban los dos oficiales que habían estado ayudándome desde el inicio. Kyuhuyn estaba sentado a mi lado. Sostenía mis manos en las suyas y las apretaba. Nadie le cuestionó cuando anunció que me acompañaría. Su madre lo había mirado con preocupación.
-Kyuhyun...- había comenzado a decir cuando me interrumpió. No insistí, pues yo quería que me acompañara.
Me había entregado por completo al llanto. Sabía que sería inútil hacerme la fuerte y pretender que todo estaba bien. No quería irme. En otras circunstancias, tal vez, hubiera encontrado la forma de quedarme, así fueran unos días más, en lo que hallaba la manera de quedarme definitivamente. Pero me apremiaba regresar a mi país considerando el inminente peligro en el que estaba, y en el que había puesto a las personas a mi alrededor.
Cuando llegamos al aeropuerto, los oficiales que nos acompañaban bajaron de la camioneta y nos concedieron a Kyuhyun y a mi unos minutos a solas.
-Escúchame, Mia- comenzó, volteándose en su asiento hacia mi y secando las lágrimas de mis ojos. -Te amo y eso es lo que importa-. Asentí. -Mantengámonos en comunicación hasta que encontremos la manera de estar juntos de forma definitiva-. Eso me hizo llorar aún más. Sonaba a una misión imposible.
-Lo siento tanto- dije tocándole el rostro. Me besó. Su beso fue dulce y delicado. No fue un beso corto, pero tampoco fue largo.
-¡Ya está!- dijo en tono consolador. -No llores más. Nos volveremos a ver muy pronto. Lo prometo-. Asentí. No pude articular palabra.
Cuando fui a abrir la puerta, me detuvo.
-Te amo- repitió. -No lo olvides, por favor- dijo en tono de súplica. Sonreí con tristeza y le di un beso suave en los labios.
-También te amo-. Respiré hondo, abrí la puerta y salí. Ambos policías me escoltaban hasta la entrada del aeropuerto. Me di la vuelta, miré la camioneta por un minuto y continué a mi paso.
-Me celular- dije, recordando que lo había dejado en el asiento. Aún no habíamos atravesado las puertas. Uno de los oficiales se ofreció a buscarlo. El otro oficial y yo nos volteamos hacia la camioneta, mirando a su compañero mientras regresaba por mi móvil.
-¡MIA!- gritó Kyuhyun abriendo la puerta de la camioneta de pronto y corriendo hacia mi, cuando unas manos me atraparon y me arrastraron hacia atrás. El policía que estaba a mi lado desenfundó su arma apuntando a la persona que me aprisionaba. Mi secuestrador daba pasos lentos hacia atrás, halándome hacia él.
-No se muevan o disparo- dijo la voz de mi ex-novio a mis espaldas. No sé si los oficiales le entendieron, ya que había hablado en español.
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El Universo Conspira
FanfictionCuando dos almas están destinadas a estar juntas, siempre encontrarán la forma de juntarse.