Noeul Nuttarat es un Omega que sufre un fuerte trastorno de autofobia (Miedo a estar solo).
Tras una reciente ruptura amorosa se ve a sí mismo completamente sólo en su departamento, desencadenando la fobia que lo guiaba hacia una inminente depresió...
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Son cerca de las ocho de la mañana del 24 de octubre en Bangkok
Con un clima maravilloso trasluciendo a través de las ventanas de cristal de la habitación, dos cachorros duermen juntos, totalmente ajenos a las presencias que se cuelan en su cuarto con algo de silencio, entre murmullos y bajos regaños que no buscan despertarlos pero que sí los hacen fruncir las cejas y acurrucarse en las cálidas mantas que son retiradas de sus cuerpos al unísono con extrema rapidez.
-¡Buenos días, buenos días!-La voz del Alfa exclama en un tono lo suficientemente alto como para hacer a sus hijos gruñir en frustración -Hace un hermoso día en Bangkok: El cielo está despejado, los pajaritos cantan en la copa de los árboles, las fugaces flores fulminan esplendorosamente los matices monocromáticos de esta ciudad futurista...-Una palmada en su espalda baja lo hace callarse, causándole una mueca de disgusto-¿Qué?
-Déjate de florear y ve al grano, las velas se apagan...- Noeul le reclama y el pelinegro asiente, carraspeando para luego continuar.
-Sin embargo lo que hace este día súper especial...-Sonríe al escuchar las risitas contenidas de sus cachorros una vez que los ala por los tobillos, atrayéndolos más cerca de donde él y Noeul estaban-Lo que hace este día más brillante es que mis dos estrellitas están cumpliendo años...-Besa sus frentes, ambos cachorros aún empeñados en la obra de hacerse los dormidos que termina con el Alfa apretujándolos hasta hacerlos quejarse.
-Papá, nos asfixias...- Boss se aparta con una sonrisa, un pastel con siete velas apoderándose de su campo visual mientras que la voz de los mayores cantándoles "Feliz Cumpleaños" rellenó sus oídos y el silencio en la habitación. Cerraron sus ojos, una sonrisa tatuada en sus labios mientras ambos pedían sus deseos en la mente, apagando al unísono las velas del pastel gracias a la sincronía que los caracteriza como gemelos.
-Feliz Cumpleaños...-Un beso pegajoso fue depositado en cada mejilla, seguido de un camino de merengue que cubrió de blanco toda su cara-Su abuela no los quiso despertar antes de irse a ayudar a su otra abuela con las cosas de la fiesta, pero ambas le dejaron un Feliz Cumpleaños conmigo-Vuelve a besar las mejillas embarradas de merengue, sonriendo cuando dos pequeñas manos embarraron su rostro-Está bien, me lo merecía. Pero saben quien más se merece probar un poco...-Y Boss no tuvo tiempo de huir de las malas intenciones ni de los tres pares de manos que cubrieron su rostro de merengue.
-Tres contra uno, buena estrategia de guerra. Buena, muy buena...-A primera hora de la mañana las risas inundan el departamento ocupado por cuatro personas con rostros de merengue-Vayan a lavarse, los tres. Llegaremos tarde a su propia fiesta de cumpleaños.
-Somos las estrellas del día...- Nanon dijo, bajándose de la cama con rapidez -Podemos llegar tarde.- Boss ríe por lo bajo- Barcode...-El mencionado gira su rostro hasta su hermano gemelo, quien envuelve sus brazos alrededor de sus hombros- Feliz Cumpleaños-Y desconoce de las verdaderas intenciones del contrario hasta que se percata de que la mano que acaricia su nuca, aún tiene merengue.
-¡Nanon Chaikamon!
-¡No se peleen!-Les grita antes de que desparezcan en una rápida carrera del cuarto y de repente siente un paño húmedo limpiando su rostro con cuidado hasta hacer desaparecer la suciedad de él -Buenos días...-Noeul se queja cuando Boss lame los rastros de merengue que aún quedan en su mejilla.
-No seas puerco, Chaikamon -Golpea su hombro, fingiendo una molestia que Boss sabe que es falsa porque ve al Omega disimular una sonrisa cuando se dedica a morder esta vez la piel sobre sus pómulos.- ¿Qué pensarán tus hijos si te ven haciendo este tipo de cochinadas?
-¿Mis hijos?... Creí que te habían pedido de regalo decirte papá.
-Lo hicieron y pueden decírmelo, no me molesta- Boss niega con una sonrisa-No entiendo a qué te refieres.
-A lo que me refiero es...-Canturrea, tomando al Omega por la cintura para moverlo de un lado a otro, como si de un extraño baile en medio de la habitación se tratase-Que si ellos pueden decirte papá...-Besa la pegajosa mejilla para luego continuar-Tú también puedes llamarlos tuyos- Los ojitos del Omega se aguan, un puchero haciendo temblar su labio inferior y el Alfa se limita a besarlo con ternura.
-¿Puedo?-Pregunta con voz temblorosa y Boss asiente seguro-Entonces...- Noeul sonríe para luego carraspear, fingiendo seriedad cuando mira directamente al Alfa-¿Qué pensarán mis cachorros si ven a su papá haciendo este tipo de cochinadas con su otro papá?- Boss carcajea.
-Que sus dos papás son unos puercos...-Y no tiene tiempo de sonreír porque ya tiene la boca del Alfa sobre la suya, lo dulce del merengue apoderándose de su paladar y envolviendo sus sentidos.
-¿Es en serio?-Una voz infantil les pregunta y todo lo que ven son dos ceños fruncidos.
-En nuestro cuarto, par de cochinos-Los mayores carcajean. -Te lo dije...- El Alfa le echa en cara, ambos mayores siendo ignorados por dos cachorros que por ser su cumpleaños tienen el privilegio de elegir la ropa que quieran usar todo el día.
Y unos toques en la puerta los obligan a alejarse de la habitación, el Omega llegando primero a su destino y se estaba volviendo una rutina abrir la puerta y no reconocer el rostro frente a él.
-Hola...-saluda con una reverencia que es correspondida por una mujer contemporánea con él, con un refinado maquillaje luciendo en su rostro y ropa que Noeul ciertamente detalla como cara.
Sus manos sosteniendo dos pequeños sobres forrados con papel de regalo y se pregunta si la mujer frente a él era cercana a Boss, lo suficientemente como para saber que hoy era el cumpleaños de sus cachorros. Suyos...
-¿Puedo ayudarte en algo?
-En realidad, yo quería...
-¿Nan?-Y escuchar el nombre en los labios del pelinegro erizó por completo los pelos de la nuca de Noeul. Gira su rostro hacia el del Alfa que luce casi tan sorprendido como él, la única diferencia son los ápices de odio en sus ojos que desencadenan ciertas notas amargas en su aroma.
-Hola Boo...-Ella le sonríe con mejillas rojas, acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja con cierta nota de timidez mezclada con coqueteo que un enojado Noeul Nuttarat ciertamente detestó-¿Puedo pasar?-Pregunta, mas continua hablando cuando no obtiene respuesta-A Barcode y a Nanon...quiero verlos.
