Noeul Nuttarat es un Omega que sufre un fuerte trastorno de autofobia (Miedo a estar solo).
Tras una reciente ruptura amorosa se ve a sí mismo completamente sólo en su departamento, desencadenando la fobia que lo guiaba hacia una inminente depresió...
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¿Qué haces realmente aquí?-Masculla y su cuerpo es detenido por uno de los brazos de Noeul una vez que hace amague en acercarse para enfrentarse a ella.
-Es su cumpleaños...-Murmura bajito, con la vista gacha-Mi mamá me dijo que se habían mudado aquí, así que pensé en visitarlos y felicitarlos por sus cumpleaños-Admite algo nerviosa-No quiero molestar, solo...
-¿Solo qué?-El pelinegro le pregunta, conteniendo no sobrepasar los decibeles en su tono de voz que puedan alertar a los gemelos y llevarlos hasta la entrada-Solo se te ocurrió venir, después de... ¿cuánto? ¿Cuántos años hace que desapareciste porque se te dio la gana?
- Boss...- Noeul lo reta con la voz, apretando el agarre de su mano sobre la cintura-Es su mamá...-Intenta calmarlo, más Boss Chaikamon ese día no está de humor para entrar en razón y mucho menos con ella.
-¿Y qué?-Masculla-¿Acaso sufriste un accidente en el que olvidaste que abandonaste a tus cachorros solo con unos días de nacidos? Porque de ser así, yo puedo encargarme de recordártelo.
-¡No necesitas recordarme nada!- Nan le grita, mordiendo su labio inferior para evitar que tiemble-Sé muy bien lo que hice y por qué lo hice. También sé que no hay nada que pueda hacer para cambiarlo y mucho menos para lograr que dejes de odiarme, pero yo...-Suspira-Solo me levanté esta mañana y recordé su cumpleaños, solo quería verlos y...
-¿Papá...?-Los tres se congelan, su vista girándose al unísono hasta enfrentar la mirada curiosa de Barcode - Nanon necesita ayuda, no encuentra su chaqueta favorita...-Le dice tranquilo, totalmente ajeno del ambiente tenso que envuelve a los mayores. Sus ojos analizando con curiosidad el rostro de la mujer en la puerta, no resultándole conocido para nada y no duda un segundo más en preguntar-¿Quién es ella?-El rostro de Nan palidece-Tú la conoces, papi...- Noeul no responde cuando el cachorro le pregunta, sacudiendo su mano para llamar su atención.
-Solo estaba pidiendo una dirección, pequeñín...-La Omega le dice con una sonrisa triste-No soy nadie-Y quizás con ello la curiosidad del menor desaparece y los mayores lo ven correr hasta su habitación-Esto es un poco triste... Mi hijo no me reconoce...
-Oh, perdón...- Boss se toca el pecho, fingiendo dolor-Olvidé mostrarles tu foto para qué reconocieran mejor a la mujer que los abandonó-Comentó sarcástico-Si ya tienes suficiente de toda esta escena que montaste para arruinarnos el día, vete...-Le pide-Si desapareciste una vez, solo quédate así. Ellos no te necesitan-El Alfa dice, caminando con hombros tensos hasta el interior de la habitación de los gemelos para iniciar la búsqueda de la dichosa chaqueta perdida.
-Supongo que piensas que me lo merezco, ¿no?
-Claro que te lo mereces...- Noeul afirma sin dudar-Abandonarlos fue la cosa más estúpida que harás en tu vida-Le echa en cara y quiere gritarle tantas cosas a esa mujer, pero la empatía que provoca en él esos ojos tristes se lo impide, únicamente dejándolo suspirar -Tienes derecho a ellos, a verlos, a conocerlos, a convivir...Porque son tus hijos y nada puede cambiarlo. Pero no creo que debas interpretar el papel como madre, no ahora. Debiste empezar hace seis años...Siete en realidad-Se corrige y la ve sonreír, extendiéndole luego el regalo en su mano.
-Son dos libros de cuentos...-El Omega la mira confundido- Boss solía leérselos cuando aún estaba embarazada- Cuenta-Él siempre ha sido así, ¿sabes? Así de gruñón y cariñoso a la vez. Tal vez por eso me gustaba como persona, como padre, como Alfa...-Sonríe con melancolía-Quizás lo siga haciendo...-Noeul frunce sus cejas-Pero ya yo no encajo en su nueva vida, ni en la de él ni en la de los cachorros.-Enfrenta al Omega con la mirada-Te envidio un poco, ¿sabes? Yo siempre quise...
-Papi- Ella se calla. Su vista yendo al cachorro que se abraza de las piernas de Noeul, sonriéndole cuando el Omega le pica la nariz con un dedo-Papá me pidió que viniera a salvarte -Le dice y luego mira a la mujer de cabello negro frente a él, no resultándole familiar pero tampoco importándole saber quién era.
Él no era tan curioso como su hermano gemelo.
-¿Tú eres Nanon?-Asiente con cejas fruncidas-Espero que tú y tu hermano tengan un feliz cumpleaños...-Les desea y el cachorro le agradece bajito, alando luego a Noeul de la mano buscando detener la conversación para por fin partir hacia su fiesta de cumpleaños-Supongo que debería irme...-El Omega asiente, despidiéndose con una reverencia de la delgada figura que se aleja con pasos lentos por el pasillo.
Y sonríe una vez que entra a la habitación y ve al alfa sentado en la cama, con la vista perdida hacia la ventana; la melancolía sustituyendo el odio que una vez se apoderó de sus ojos y se acerca en silencio para abrazarlo por la espalda, dejando un beso en su hombro cuando lo escucha suspirar frustrado
-¿Ya se fue?- Noeul asiente-No sabes cuánto la odio.-Muerde la mejilla del pelinegro en reprimenda.
-Tú no eres así...
-¿Así como?
-Así de mentiroso- Boss lo mira con cejas fruncidas-Puede que su relación no sea la mejor, pero si hay algo que sé es que no la odias como perjuras- Toma el tenso rostro entre sus manos, acariciando con los pulgares los fríos pómulos-Si realmente la odiarás no hubieras enviado a Nanon a buscarme. No sabiendo que ella estaba aún ahí y podía verlo...Al único de sus hijos que no había visto aún...-Boss pucherea hacia él cuando siente que le han descubierto la mentira tras esa actitud indiferente y Noeul le sonríe totalmente enternecido-Mi Alfa es tan bueno-Besa su frente-Tan, tan bueno...-Luego su mejilla-Es por eso que lo amo tanto- Y por último sus labios.
Sonríe cuando Boss roza tímidamente su nariz con la propia, como preludio del beso que tanto quería, ese que tanto había deseado desde que esa Omega se presentó en el departamento haciéndolo sentir un poco inseguro e incómodo, ese beso que ambos tanto necesitaban y que estaban a punto de conseguir.
Tomó iniciativa propia, acercando su rostro lo suficiente como para que sus labios se tocaran descuidadamente en un beso que fue algo torpe y necesitado, pero que el pelinegro se encargó de repetir. Convirtiéndolo en uno más largo y profundo, uno que los envolvió en una pequeña burbuja que nadie podía explotar.
Bueno, casi nadie...
-¡¿Otra vez?!- Barcode se queja en un lloriqueo. La actitud melosa de los mayores molestándoles a ambos hermanos, se supone que era su cumpleaños, ¿no? Entonces deberían ser ellos quienes recibieran los besos, no su padre.-Llegaremos tarde si no se apuran...-masculla bajito-Y yo quiero pastel...
-Code...-Se gira al escuchar a su hermano llamarlo, enfrentado la sonrisa burlona en su rostro-No seas tan celoso...
