f o r t y o n e

1.4K 145 175
                                    

Arrugo el papel entre mis dedos, sintiendo como el llanto me corre por las mejillas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Arrugo el papel entre mis dedos, sintiendo como el llanto me corre por las mejillas. Mi mirada está perdida entre tanta gente yendo de un lado para otro y desde el otro lado del ventanal puedo ver como arriba mi autobús. 

Mi decisión de irme de Osaka había sido definitiva.

Permenezco esperando en medio de una larga fila, hasta que puedo adentrarme al transporte. Estando ahí, sentada junto a una pequeña ventana, la vista del sol asomándose entre las nubes matutinas parece despertar a mi mente. Y, con ello, revivir mis interminables y agobiantes pensamientos.

El transcurso de las horas es lento y tedioso. Y las miradas que los desconocidos me plantan mientras lloro, no me impiden sollozar con todas mis fuerzas. Ya deja de importarme demasiado si esto llega a ser una escena cómica para ellos.

En mi cabeza se siguen reproduciendo aquellas luces parpadeantes haciéndose cada vez más lejanas, y mi corazón permanece acelerado, como si continuara corriendo sola por esas calles, huyendo del hombre que me prometió una amistad en vano.

Continúo sintiendo sus labios presionándose sobre los míos, quemándome con el fuego que pensé ya se había apagado. Me arde la sangre de solo recordarlo. Limpio mis mejillas empapadas y me sorbo con fuerza la nariz, observando como el paisaje, cada vez más iluminado por el sol, va pasando rapidamente.

Horas más tarde, pido un taxi que me lleva hasta la residencia de mi profesora. Bajo mi bolso y mi pequeña maleta, desanimada.

A estas horas, Hinami debe de seguir durmiendo. Por lo cual dudo encontrarla merodeando por ahí. Sin embargo, para sorpresa mía, es ella quien me abre la puerta.

Mis ojos acuosos y rojos deben de darle un indicio.

ー¿Qué pasó? ¿No se supone que ibas a llegar hasta mañana?ーMe pregunta, extrañada.

ーHinami... Tenías razón, siempre tienes razónーSollozo, abrazándola fuertemente. Mi rostro se hunde en su pecho, mientras lloro como una niña pequeña.

♥️♥️♥️

Remuevo la cuchara en el té, inhalando el humo que la taza desprende. Una cobija me cubre las piernas y el gato me ronronea en el regazo. Por su parte, Hinami se sienta a mi lado, en el mismo sofá.

ーTal vez me estuvo malinterpretando todo este tiempoーEmpiezo a decirーDe otra forma, no me puedo explicar que haya tenido el atrevimiento de confesarme que aún está enamorado de mi. O tal vez solo fui demasiado ingenua.

ーUn hombre como él no puede luchar contra su propio egoísmo, NanaーManifiesta, sorbiendo un poco de su bebida calienteーNi mucho menos contra su ego. Estaba tan acostumbrado a verte como su propiedad, que ahora que se da cuenta que has cambiado, se encuentra demasiado desesperado como para rendirse.

ーCreí que ya se lo había dejado claro, HinamiーChillo, frustradaーYo ya no estoy enamorada de él... La noche que me prometió ser solo amigos, estrechó mi mano. Pero la rompió. No quiero verlo ahora, y todavía nos quedan algunos juicios antes de que el juez dictamine la sentencia de mi tío... Joder.

arôme de rose » nakamoto yuta, lee jenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora