Única parte

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El chico despertó de golpe en su cama tras una pesadilla, de esas que lo dejaban temblando durante horas. Observó a su alrededor y soltó una gran cantidad de aire sintiéndose un poco más aliviado al saber que solo había sido un mal sueño, mientras colocaba su cabeza entre sus manos con frustración e intentaba regular su respiración.

Estaba empapado en sudor. Se recostó y miró al techo durante varios minutos. Ya no tenía nada de sueño, luego de esa noche, probablemente no dormiría bien en varios días.

Se sentó en los pies de su cama y mantuvo la mirada en el suelo durante un rato, hasta que la imagen de Olivia, su mejor amiga desde niños apareció en su mente.

Lo pensó unos segundos. La idea de ir con la única persona que se mantuvo a su lado en todo momento y la única con la que realmente podía ser él, le parecía bastante tentadora. Necesitaba comprobar que después de su terrible sueño la chica estuviera bien. Se colocó la primera remera que encontró a mano y abrió la ventana de su habitación con sumo cuidado.

Una de las desventajas de vivir con Scott, era que cualquier mínimo ruido fuera de lo normal durante las noches lo despertaba, y eso era justo lo que Isaac quería evitar. No tenía ganas de comerse un regaño por parte de la señora McCall sobre no escaparse durante las noches.

No tardó demasiado en llegar a la casa de Olivia. Trepó al techo evitando hacer ruido. Una sonrisa ladina se formó en su rostro involuntariamente al ver a la azabache dormida en su escritorio sobre un libro. Dejó escapar el aire que inconscientemente estaba reteniendo por miedo a que ella no estuviera allí. La única luz en la habitación provenía de la laptop aún encendida de la chica, que dejaba ver su rostro y el desorden que tenía a su alrededor, que consistía en papeles arrugados, punta de lápices y varios paquetes de galletitas vacíos.

Isaac se replanteó la idea de despertarla, para luego desecharla por completo. Sin embargo, no dejaría que su amiga durmiera el resto de la noche en aquella posición tan incomoda. Con sumo cuidado abrió la ventana y entró casi en puntas de pies.

Se detuvo en seco al notar como la azabache se movía un poco entre sueños al sentir la corriente de aire frío recorrer su espalda. Cuando él chico intentó acercarse para tomar a Olivia en sus brazos y dejarla en su cama, tropezó con una pila de libros que se interponía entre él y ella, provocando que los mismos cayeran y sobre ellos él.

El rubio se levantó tan rápido como pudo y apretó los ojos deseando que nadie lo hubiera escuchado. Oliva levantó su cabeza y frotó sus ojos con brusquedad enfocando su vista en la computadora donde estaba escribiendo un ensayo antes de quedarse dormida. Apenas notó la ventana abierta y una silueta detrás de ella abrió la boca para gritar asustada, pero Isaac fue más rápido y cubrió la boca de ella con su mano.

Los ojos de ambos se encontraron unos segundos. La chica respiró aliviada al ver de quien se trataba, y a penas el chico quitó su mano le dió un golpe en el hombro molesta.

—Auch.

—¿Quieres que me muera del susto? —preguntó Olivia molesta mientras se levantaba.

—No quería despertarte. Solo te iba a dejar en tu cama —dijo él con sinceridad.

Isaac sonrió y dió unos pasos hacia atrás, tropezando nuevamente con los libros en el suelo. Se sostuvo de la estantería llena de libro que la chica tenía al lado de la ventana provocando que todo cayera haciendo bastante ruido. La azabache cubrió su boca con ambas manos al ver el desastre que su mejor amigo estaba ocasionando.

Rápidamente se acercó y lo ayudó a levantarse, quedando contra su cuerpo unos segundos. Isaac la miró fijamente, haciendo que la más baja se sonrojara, aunque por la casi nula iluminación que había el rubio no se dió cuenta.

Pesadillas || Isaac LaheyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora