CAPÍTULO 5. La Noche y la Luna

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Región de Lanling. Torre de la Carpa Dorada.

El clima de Lanling era un poco más cálido que Gusu, pero no demasiado. La habitación era excesivamente lujosa para su gusto pero tendría que ignorar las excentricidades del Clan Jin, era bastante cómoda y ventilada así que por el momento estaba bien.

Como era su rutina preparó su baño y ropas para comenzar su día. Estando en la tina con agua caliente pudo perderse en sus pensamientos que irremediablemente lo llevaron al extraño encuentro que tuvo con el joven Jiang la noche anterior.

& FLASH BACK &

Estaba tocando su Guqin para perfeccionar su técnica y afinar las nuevas melodías que su hermano le había dado antes de salir de Gusu, algunas de ellas tenían efectos beneficiosos sobre las personas mientras que otras servirían como armas contra los entes sobrenaturales malignos y las energías resentidas de los demonios. Era importante en su posición saber interpretar todo tipo de melodías en caso de necesitar de ellas.

De pronto se sintió observado y al levantar la mirada hacia la ventana abierta abrió los ojos levemente por la sorpresa al ver al alborotador que recién había conocido. Estaba sentado en el techo, tenía la mirada perdida así que deteniéndose salió y de un salto llegó al techo.

Lan Zhan: ¿Qué haces?

El cultivador de Yunmeng pareció finalmente notar su presencia y le miró con grandes ojos que brillaban como plata fundida acompañada con una sonrisa confiada que le alteró levemente los nervios, detestaba a ese tipo de personas perezosas y demasiado relajadas que pasaban por la vida sin hacer nada en realidad.

Wei Ying: Sólo escuchaba - Levanta la botella en alto - ¿Quieres?

Lan Zhan: ¿Qué edad tienes?

Wei Ying: ¿Eh? - Esa pregunta lo descolocó pero igualmente respondió - Tengo veintiuno...

No supo que lo poseyó en ese momento, generalmente era más paciente o simplemente ignoraba a aquellos que alteraban sus sentidos. Pero sin pensarlo demasiado tomó la botella y volteándola tiró el contenido sobre las tejas del techo.

Wei Ying: ¡Hey! - Se puso de pie molesto - ¡Con qué derecho haces eso!

Lan Zhan: Ve a dormir...

No quería interactuar con este sujeto más de lo necesario, solo deseaba que se marchara a dormir y lo dejara en paz, pero no se esperaba la respuesta que salió de sus labios.

Wei Ying: Lo haría si pudiera - Se sentó y tomó la otra botella para continuar bebiendo, se quedó callado un rato pero luego agregó con un susurro - Tu música es relajante...

Así que tenía problemas para dormir, podría ayudar con eso ya que conocía algunas melodías que ayudaban para conciliar el sueño. Sin decir nada regresó a su habitación y después de colocarse en posición comenzó a tocar una de esas melodías.

No supo cuánto tiempo estuvo tocando, pero al mirar hacia el techo su inesperado visitante al parecer se había dormido ahí sentado y con un libro de dibujo en las manos. Tomó aire profundamente para alejar un poco la frustración que ese joven le provocaba, salió y tomando las cosas sin mirarlas cargó al chico problema para llevarlo a su habitación.

Le sorprendió lo ligero que se sentía, eran de la misma altura con apenas unos centímetros de diferencia, pero su complexión era delgada. No se despertó cuando lo cargó así que debía estar profundamente dormido, pero recordaba cuál era su habitación así que sin problemas llegó a esta.

Al abrir la puerta se encontró con la tigresa quien se le quedó mirando desde su posición a los pies de la cama, el animal parecía tranquilo así que ignorándolo se acercó a la cama y recostó a chico dejando la bolsa con sus cosas al lado de la cama en el suelo. Miró nuevamente al tigre antes de salir de la habitación y regresar a la suya para prepararse para dormir.

LA JOYA DEL JADEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora