Apocalipsis [Bakushima]

Capítulo 17: Sentimiento Reprimido.

Timeskip de 9 meses

La sociedad que conocíamos fue moldeada en un mundo donde era ser el depredador o la presa.

Grupos de gente ya tenían un nombre reconocible, incluso a nuestros sobrevivientes favoritos.

Los Exterminadores, ¿es genial cierto? A Katsuki se le ocurrió.

¿Qué habrá pasado durante estos 9 meses?

—Carajo, odio este campamento improvisado.—se quejó Izuku, llevando cubetas con pescado.

—Lo sé, yo también lo odio pero es todo lo que tenemos. Nos volvieron a emboscar y ya sabes...—Ochako suspiro molesta, con escopeta en mano.

...

—¡Shoto, debemos hacer algo con el tema de los antibióticos! Si nos quedamos acá moriremos por falta de medicamentos.— discutían en una mesa Ashido, Hanta, Momo y el recién mencionado Shoto.

—Yo trato, les juro que trato. Pero es difícil si todo está saqueado y no podemos viajar a otro sitio. Hay más variantes de zombies por ahí y nueve de cada diez son letales.

—Me voy a podrir del asco si siguen discutiendo y aún no tenemos una solución. —El dolor de cabeza le ganaba al pelinegro.

—¿Disculpa? Tú no haz hecho tanto por este grupito. Yo daría mis opiniones pero nunca me han dejado. Propongo dar una solución para toda esta mierda. —se levanta furiosa.

—Entonces habla.

—Consigamos un vehículo, suena fácil pero los autos necesitan mantenimiento y sinceramente en nuestras condiciones no podemos darnos ese lujo. Hasta podría llamarlo privilegio.—dijo YaoMomo.

—¡Chicos!—gritaba alguien a lo lejos.—¡Vengan!

—Ha de ser Kirishima, usualmente nos llama para mostrar lo que caza o algún ladrón por la zona.—Mina se dirige a la fuente de ruido. Y si, era Kirishima.

—Al parecer este infectado se funcionó con algo raro. O talvez es una mutación.— Aquél ser tenía el pecho totalmente abierto por el cuchillo del pelirrojo. En su interior, algo palpitaba como un corazón. Sin embargo, esto no es un corazón, ya que este órgano en los zombies se torna blanco.

—Nunca había visto tal tipo de zombie. Se ve... Extraño.—dijo Momo con curiosidad.

—Pelos de mierda, por lo menos me hubieras esperado un poco.—llegó Bakugou con su camiseta sudada.

—Je, je... Disculpa.—sonrojado.

—¿Esto está cerca del campamento? Se ve peligroso. —Mina lo toco con un palo.

—Iba en camino por la fuente de algún ruido, no exactamente a nuestro campamento. Sin embargo estaba muy cerca de cruzarse por aquí.

—Sigo sin saber porque es tan feo este hijueputa.—miraba horrorizado Bakugou.

—Es de los que no mueren fácilmente, aunque penetres el cráneo. Debes decapitar o extirparle el cerebro.—dijo Todoroki.— Efectivamente, mutó al pasar los meses.

—Oigan, ¿por qué tanto escándalo?— volvieron Uraraka y Midoriya.

—Esta cosa fea y Kirishima le abrió el cráneo.