TO YOU.

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"Cuando se trata de ti, no es un crimen"

Julio 2022, 

📍 Amalfi, Italia.

MIKAELA'S POV. 

— Luces preciosa. Eres la mujer con los ojos más preciosos que haya conocido en toda mi vida. No puedo esperar para verte cada vez que me despierte en las mañanas, Mikaela.

Sus palabras me hicieron sentir con tanta seguridad en aquel momento tan caótico en el que me encontraba. Me daba tanta paz. Él siempre encontraba la manera de hacerme sentir en paz sin importar el lugar o la circunstancia que estuviese atravesando.

— No tienes que decir nada, mi perfectísima. A mí también me has dejado sin palabras al verte, estás hermosísima. Me muero de ganas por verte en el altar junto a mí.

Mis ojos se llenan de lágrimas y rápidamente alejo el teléfono de mi rostro para lanzarme un poco de aire con mi mano libre.

— ¡Mikaela, ni se te ocurra derramar una lagrima hoy antes de llegar a esa boda! — escucho a mi mejor amiga gritar a lo lejos al verme resoplar.

— Tengo miedo. — confieso viéndole a través de la pantalla del teléfono, sus ojos se vuelven a una mirada tristes.

Estaba a punto de casarme con la persona en la que ni en mil años hubiese aceptado, no estaba arrepentida, pero me asustaba. Es irónico porque estaba a punto de darle del gran sí a Justin y ni siquiera se trataba de él, esta vez, era de mí, tenía miedo de no ser la esposa que él necesitara.

— ¿No lo quieres? — pregunta y sus ojos ahora se dilatan y me mira gritándome con la mirada que quien está asustado ahora es él.

— Sí quiero hacerlo, Justin. — aseguro, él asiente.

— Te amo, todo esto es por ti, no te vas a arrepentir ni un solo segundo de elegirme, mi sol, yo te lo juro sobre mi vida.

Todo estaba saliendo mejor de lo que alguna vez había pensado. Sin dudas, Justin se había esforzado en evitar que este día fuera de los peores de mi vida como tantas veces habíamos escuchado.

Nadie gritaba ni estaba perdido en la habitación, al contrario pareciese que todo bailaba a los mismos compas bajo la misma sintonía. Me daba tanta alegría estar viviendo un día tan importante para mí y no sentirme juzgada por nadie a mi alrededor.

— Luces muy hermosa, Mikaela. — susurra en mi oído Scarlett mientras que su cámara nos enfoca, sonrío en su dirección y luego vuelvo a ver la cámara frente a mi rostro para proporcionarle un guiño.

— Tu igual, amiga, la verdad es que el rojo en tus labios parece hecho para ti. — ella me sonríe y procede a dejar la cámara a un lado para luego abrazarme. Se veía tan hermosa en aquel vestido champagne.

Scarlett era mi única amiga sincera, se había quedado conmigo desde que teníamos 12 años y vivíamos en la misma ciudad de República Dominicana, literalmente me la había traído conmigo desde mi primer viaje a Italia al decidirme por vivir con Justin.

Scarlett yo habíamos sido inseparable desde muy pequeñas, ella es neuropsiquiatra, yo había sido la causante de que se alejase de su carrera de ensueño un par de meses cuando literalmente la subí a un avión y se vino a Europa conmigo en mi papel de enamorada. Le apreciaba como a nada y es por eso que ahora todo un hospital lleva su nombre y es la dueña del mismo. Se lo merecía. Era la dueña del hospital neurológico más grande del sur de Italia.

Mi boda con Justin quizás significase que perderíamos cierto contacto, a pesar de que mi futuro esposo había aceptado más que amablemente el hecho de que ella siguiese bajo nuestro techo todo el tiempo que ella quisiese, sin ataduras ni compromisos, Scarlett se había negado en parte, quería "darnos nuestro espacio", aunque para ser sinceros, podía vivir con ella y aun así durar semanas sin verla por el tamaño tan enorme de nuestra casa.

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