¡No es necesario hacerlo!
Disfrazado de mil maneras
Pendiente del ojo ajeno,
¡Buscar la aprobación inepta!
Andar en medio del abismo
De la mente y el corazón,
Fracasar en el suave atisbo
Que pretende llenar la razón.
Es justo pues, que la verdad
Sea tan absolutamente, Incomprensible sombra
Que siempre nos persigue,
Hagamos bueno o malo
Fiel a su esencia abstracta,
Hilando un filo tejido de amor,
Adherido a nuestra ingenuidad.
Permite pues que su espectro
Tan lleno de magia y misterio,
Corte en dos el espejismo
En qué te hallas aún preso.
(M.I.G. 27-9-22)