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En el reino de Elfring todos los elfos estaban de fiesta, pues su hermoso principe omega había cumplido la mayoría de edad, lo que significaba que esta noche habría una gran fiesta, dónde puede que también el futuro rey encuentre a su futuro esposo.
El principe Harry era el heredero a la corona, un hermoso omega con olor a fresas silvestres y duraznos, hijo único de los reyes Anar e Isil, el principe era la hermosura personificada, piel suave y pálida, cabello largo con hermosos rizos, facciones definidas y delicadas, un cuerpo lleno de curvas en los lugares correctos, unas lindas orejas largas y puntiagudas y unos hermosos ojos verdes.
Tiene el poder de la curación al igual que sus padres, pues en su reino todos los habitantes tienen poderes ya sea, telepáticos, de hipnosis y otros.
El principe se encontraba en sus aposentos preparándose para el baile que estaba pronto a comenzar, usaba un lindo vestido verde que dejaba al descubierto sus brazos y parte de su pecho y cintura, en sus hermosos rizos tenía una linda tiara, en forma de ramas enredadas con una gema que adornaba el centro de la frente del rizado.
Cuando cayó la noche, los reyes y reinas de otros reinos empezaron a llegar, vestían ropas hermosas y finas, el principe Harry estaba ubicado en el trono junto a sus padres.Estaba bastante aburrido a decir verdad, sus padres le presentaron dos príncipes alfas y una princesa, aunque los tres principes eran bastante guapos, ninguno logro llamar su atención.
Es por eso que ahora se dirigía al jardín, quería alejarse un poco del bullicio de adentro.
Tomo asiento en el borde de la fuente ubicada en el centro del jardín, era una noche preciosa, las estrellas se veían en lo alto del cielo, y se podía escuchar el canto de las aves nocturnas que habitan el bosque.
Pero toda esa tranquilidad se vio interrumpida por unos pasos y una voz grave.
—Pero mira que tenemos aquí, ¿Qué hace una hermosa criatura como tú en un lugar tan solo — dijo el extraño que acababa de llegar, por su olor pudo adivinar que era un alfa, no era un elfo, era un humano.
Un hermoso humano, era alto y con músculos notables, cabello lacio, y una hermosa piel blanca iluminada por la luz de la luna, además de unos lindos ojos azules.
Pero la verdad dudaba que fuera un invitado, pues desde hace años los humanos y las criaturas del bosque dejaron de convivir, ahora son completos extraños.
Harry estaba fascinado con el humano, nunca había visto uno, solamente había escuchado hablar de ellos en los libros y en las historias de caballeros y dragones que su madre solía contarle de pequeño.
— Pu-pues salí a tomar aire, la fiesta me abrumó un poco— hablo Harry tratando de disimular su nerviosismo.
— Ya, soy Louis — le tendió su mano a modo de saludo.